La perfección. Una muy curiosa palabra que guarda dentro de sí, tanto bien y tanto mal a la vez. Algunos le consideran como un estándar existencial. Ser perfecta o perfecto quiere decir hacerlo todo bien, sobrepasando el promedio, y enalteciéndose por encima del resto.

Pero la primera curiosidad de la perfección es que esta puede ser algo muy común. Según, el psicólogo, Pedro González Núñez, “fue un actor italiano, Vittorio Gassman, quien afirmó que ‘las imperfecciones nos ayudan a tener miedo, y tratar de resolverlas ayuda a tener valor’. Primero, resulta llamativo, el que alguien no fuese cualquier gran filósofo el que recitase las sentencias más perfectas sobre la imperfección. Sin embargo, el ser humano es imperfecto, de ahí que cualquier persona, por muy insignificante que se sienta, sea capaz de llevar a cabo grandes hazañas.”

Entonces, ¿qué es realmente la perfección? La psicología le entiende como una  creencia hacia lo que se puede o se debe alcanzar. Cualquier cosa por debajo de esto es simplemente, inaceptable. Últimas líneas difíciles de aceptar, pero, la perfección también tiene sus correspondientes aspectos positivos.

Un primer buen inicio de la perfección es que ayuda a encauzar al colectivo hacia el éxito, la motivación y la perseverancia. Fue Roedell, W. C. en 1984, quien afirmó que “una forma positiva del perfeccionismo es proporcionar energía motriz para conducir a los logros”. La perfección es tan común que puede unir bajo un mismo grupo a deportistas, científicos y artistas. Lo indispensable: ser de élite.

La perfección puede acompañar a cualquiera desde su infancia. Durante esta etapa, la perfección es conocida como superdotación. Calificada como la habilidad intelectual elevada en comparación al promedio, el superdotado tiende a tener un coeficiente intelectual mayor al de la población, como también tener un mayor nivel de aptitud y competencia en prácticas que sean medibles o de las cuales, se tenga una referencia.

Gracias a la teoría de inteligencias múltiples, la superdotación ha logrado tener una definición establecida, creando además, un modelo específico para saber si un individuo tiene solo uno o varios talentos que le hacen ser perfecto. También llamado polimata mantiene el debate entre expertos científicos para reconocer su carácter hereditario, al defender el hecho de que la superdotación se traslada mediante el cromosoma X, dando respuesta a la diferencia estadística entre superdotados hombres y superdotados mujeres.

Por otro lado, el tema de la perfección resulta delicado cuando puede llegar a causar daño en la persona. El posponer tareas o el auto-desprecio son dos enemigos derivados de la obsesión por alcanzar el hito de ser perfecto. Así que lo importante siempre es abordar la manera en que la curiosa perfección da fuerza de voluntad para mejorar, resguardando el límite de esa necesidad utópica. “Solo de nosotros depende, no tanto construir algo perfecto, como sí algo mejor.” Núñez, P. (15 de mayo de 2016)

ALFA