La comida orgánica va más allá de una simple moda. Ofreciendo óptimos beneficios en comparación a cualquier tipo de alimentación, los productos orgánicos elevan la rutina nutricional, comprometiéndose, a su vez, con quien en un primer lugar los provee: la madre Tierra. Conozca un poco más sobre el motivo que impulsó el auge de la comida orgánica, así como la mejor manera de aprovecharle en su bienestar habitual.

La iniciativa en consumir alimentos orgánicos surge a partir de los beneficios que más naturales, más saludables, y menos procesados, que aportan en comparación a los alimentos no orgánicos. Pero, ¿cuáles son los grupos de alimentos orgánicos? La nutricionista, Paula Solórzano explica que estos se dividen en tres: 1) Frutas, 2) Cereales y carnes, 3) Lácteos y huevos.

En un primer momento pareciera no haber diferencia entre la comida orgánica y la comida no orgánica, pues este factor surge en el momento de la producción. Las frutas orgánicas no son rociadas ni con pesticidas, ni con fertilizantes. Los lácteos, las carnes, y los huevos no orgánicos vienen libre de hormonas, por lo que son 100% naturales.

Y, ¿desde cuándo se puede o se debe empezar a ingerir comida orgánica? Según la también nutricionista, Sandra Alfaro, desde temprana edad. “En niños y adolescentes la comida orgánica ayuda a evitar algunas alergias. Y más adelante, se ha comprobado que reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer, producidos por los químicos que son usados para darle un tamaño, color y duración a los alimentos no orgánicos.”

De acuerdo a Solórzano, bebés desde los 6 meses en adelante pueden consumir alimentos orgánicos sin ningún problema. “Tienen muchos beneficios, en especial desde que se inicia la alimentación complementaria en los bebés, a partir de los 6 meses. Su organismo empieza a recibir varios tipos de sustancias que le pueden contribuir con el desarrollo de las defensas y evitar enfermedades a temprana edad”.

Solórzano agrega que la comida orgánica previene enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión, por lo que adquiere un valor beneficioso en múltiples formas. Con los alimentos 100% naturales se obtiene calidad de vida y cantidad importante de nutrientes, todo a la vez. “Si son vitaminas va a fortalecer la parte de la visión; si son proteínas será la parte del desarrollo de huesos y dientes, y si lo vemos por el lado de minerales sería el aporte de hierro que es vital para la prevención de anemias”.

Un regalo del y para el planeta. La defensa de la comida natural también surge como una manera de poder apoyar la defensa del mismo medio ambiente. De ahí surge que la comida orgánica se le conoce también como alimentos biológicos o ecológicos. Durante el cultivo y cuidado, son los mismos recursos de la naturaleza los que se aprovechan, como compost, polvos minerales, evitando el uso de agentes químicos que deriven en un impacto dañino contra el medio ambiente. El País. (22 de noviembre de 2015)

 

ALFA