El agua es un elixir de belleza, imprescindible en nuestras vidas. La “acuamanía” es la obsesión que actualmente está revolucionando el mundo, con el uso que le dan muchas personas a este vital y preciado líquido; buscando recibir todos los beneficios posibles, tanto para la salud como para conservar la belleza de la piel.

Se ha comprobado que sus múltiples propiedades están presentes en todas las funciones de nuestro organismo. Por ser una fuente inagotable que aporta humectación y elasticidad, se considera el elemento más importante para mantenernos bellas y jóvenes. Regula la temperatura, aportando la energía necesaria; evita la deshidratación, y por supuesto se considera como el cosmético más perfecto al ser inodora, incolora y con un sabor característico a vida. Es un valioso elemento con poderes fabulosos, que posee componentes capaces de relajar, tonificar y refrescar todo nuestro cuerpo.

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Son muchas las razones por las cuales debemos beber más de ocho litros de agua por día; pero más importante es conocer que su consumo constante previene la celulitis, porque desplaza los cúmulos de grasa, permitiendo que se puedan eliminar utilizando los ejercicios adecuados. Además evita la hinchazón de nuestras piernas, haciendo que circule la sangre; por eso es ideal para rebajar el vientre y hace posible que el cabello mantenga su brillo por mucho más tiempo.

Este maravilloso líquido le ayuda a que sus poros se vuelvan más pequeños, porque elimina las toxinas del organismo y por consiguiente la tersura de la piel se hace notable. Como controla la temperatura, favorece los niveles adecuados de acidez en el cuerpo, retardando el envejecimiento prematuro. De igual manera, es un excelente catalizador para la pérdida de peso; ayudando a metabolizar la grasa acumulada, lo  que contribuirá  a mantenerse en buena forma y esbelta.

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A través de sus minerales, nutrientes y oxígeno regenera la capacidad celular de su piel; manteniéndola tersa y reafirmando los músculos. Igualmente, los avances científicos en el mundo de la cosmética, han permitido afirmar que la belleza está en el agua, porque es aplicada de manera constante en los cosméticos para la piel y el cuerpo.

Muchos tratamientos son empleados hoy día, para mejorar y conservar la belleza a través del agua, ejemplo de ello son los indicados con técnicas termales que están dotadas de una gran variedad de cargas de oligoelementos; aportando a la epidermis, maquillada o no, hidratación al momento. Una piel sensible se beneficiará enormemente con la aplicación de aguas termales de mineralización ligera, pulverizadas sobre el rostro; produciendo un efecto de frescura reparadora para aquellas pieles que han estado expuestas por mucho tiempo al sol.

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Actualmente en los “Spa”, se utilizan mucho los tratamientos en las bañeras de hidromasajes, a base de barro con algas, flotando sobre aguas acariciantes con circuitos termales. Nunca reemplace el agua por otros líquidos, favorézcase de ella todas las veces que sea necesario. Su organismo se lo agradecerá y su belleza se mantendrá.

ALFA