El conmovedor caso de Asunta ha llegado a su final, sus padres adoptivos Antonio Basterra y Rosario Porto, fueron condenados a dieciocho años de cárcel, por la muerte de la joven. Asunta Basterra Porto tenía doce años de edad, cuando fue encontrada muerta el 22 de septiembre del 2013.

Un caso que permaneció en discusión durante todo este tiempo y que se volvió popular para España y el resto del mundo a través de las redes sociales, por lo absurdo que parecía su esclarecimiento. El fiscal pedía dieciocho años de cárcel, pero el abogado acusador exigía que fueran veinte años, por las circunstancias que rodearon el crimen.

Asunta era una niña de origen chino  llamada Yong Fang, adoptada por ésta pareja debido a su imposibilidad de tener hijos. La niña murió antes de cumplir trece años, por asfixia mecánica y una sobredosis a base del componente Lorazepam, con aproximadamente veintisiete pastillas suministradas, las cuales no estaban  prescritas por ningún doctor, dicho medicamento le impidió defenderse de sus asesinos. Sin embargo durante las investigaciones se pudo comprobar que Antonio Basterra lo había comprado para su esposa.

El asesinato pudo esclarecerse gracias a unas cuerdas encontradas en la casa de la madre, que eran idénticas a las usadas con el cadáver, las pastillas que compró el padre, supuestamente para la madre y el celular de él mismo, que no fue hallado al principio de la investigación.

El tribunal declaró en forma unánime culpables a los padres adoptivos, quiénes no pudieron defenderse ante las pruebas encontradas y comprobadas. A pesar que llevaban dos años en prisión provisional, eso no se puede comparar con lo que vivirán en los próximos años, encerrados, privados de libertad, así como le quitaron la vida a un ser inocente y no permitieron que volara libre, como todo ser humano merece.

Un crimen horrendo, donde los padres fueron tratados por diferentes médicos psiquiatras, en la búsqueda de la verdad, del motivo que tuvieron para hacer algo que parece increíble y penoso de creer, pero el diagnóstico emitido por los especialista siempre fue el mismo: depresión desmedida de la madre, con ideas homicidas y suicidas, teniendo tres fases depresivas a lo largo de su vida, en la adolescencia, en el matrimonio y ahora en la cárcel. Era una mujer triste, desanimada y ansiosa que estaba desorientada.

ALFA