Uno de los placeres más preciados del ser humano es dormir y hacerlo bien potencia la memoria y el aprendizaje, y si lo refuerza con una deliciosa siesta, los beneficios serán más provechosos para el organismo. Por esa razón, hacer una buena siesta al mediodía siempre la reconfortará.

La siesta es un hábito mediterráneo que proviene del siglo XI, cuando los religiosos de la época obligaban a los sacerdotes acostarse entre las 12 y la 1 de la tarde para recuperar la energía y recobrar las fuerzas para seguir adelante con sus labores.

Sin embargo,  es necesario tomar en cuenta que la siesta para algunos puede ser beneficiosa y para otros no, es decir, para aquellas personas que les cuesta dormir en la noche no es recomendable hacerla, ni aquellas que se despiertan de mal humor, porque más bien sería contraproducente.

Ahora bien, quizás le genere duda de cuánto tiempo es recomendable hacer la siesta, ¿existe un tiempo determinado para que la siesta favorezca al organismo cómo debe ser? Realmente sí, existe un tiempo determinado para que la siesta sea provechosa y no afecte el sueño de la noche, y es por eso que se recomienda hacerla de 20 a 30 minutos, según algunos expertos de la Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos.

No obstante, para hacer una siesta al mediodía, recuerde buscar un espacio apropiado para ello, dormir arriba de un teclado o sentado en una silla no es recomendable, ya que podría acarrearle dolores musculares. Es necesario que ubique un lugar cómodo y relajante.

Asimismo, hay que destacar que alguna de las ventajas que le proporciona una buena siesta, es que protege al corazón y para ello debe hacerse un poco más prolongada, es decir, de unos 45 minutos. De esta forma disminuye la presión arterial, restaura el sistema inmune; mejora el estado de ánimo; potencia la memoria y el aprendizaje; refresca el cerebro mejorando el funcionamiento cognitivo.

Por su parte, la especialista Sara Mednick, de la Universidad de California, Estados Unidos, indica que este tipo de descanso reduce las ganas de comer, mejora la percepción y favorece la creatividad e incluso la vida sexual, indicando que es un “tratamiento” muy fácil de aplicar para quien decida hacerlo.

Otro de los aspectos que mejora considerablemente al hacer una siesta, es la irritabilidad ya que actúa como un antídoto para mejorar el ánimo, por eso los niños que se saltan las siestas pueden padecer de trastornos emocionales, así que si usted tiene un pequeñín en casa, motívelo a dormir aunque sea un ratito.

 Finalmente, es necesario que se tome una pausa después de comer, así sea de 15 minutos, en algún parque o plaza y haga su siesta respectiva, para mejorar la productividad, ya que su mente se despejará por un momento y reiniciará nuevamente como un computador en su máxima potencia. No es recomendable arrastrar el cansancio laboral, más bien todo lo contrario.

ALFA