Uno de los tesoros mejor guardados de Europa es sin duda, Biarritz: la capital francesa del sol por excelencia. Con este maravilloso lugar, demuestra que Francia no solo es París, la ciudad luz. Reconocida por sus famosas playas, aguas terapeutas y el festival de cine latinoamericano, Biarritz ofrece a los turistas un ambiente mágico e inigualable.

La ciudad de Biarritz está ubicada al suroeste de Francia, en el departamento de Pirineos Atlánticos en la región de Aquitania. Esta comuna forma parte del País Vasco francés y limita con el Mar Cantábrico al oeste; la ciudad de Anglet al norte y este; y con Arcangues, Arbonne y Bidart al sur.

Además, se sitúa a un poco más de ocho kilómetros de la comuna de Bayona en Francia y a 40 kilómetros de San Sebastián o Donostia en idioma euskera. La frontera que comparte con el Reino de España, está a unos 20 kilómetros de distancia.

La capital del sol francés es una de las principales lugares del territorio vascofrancés de Labort. El área más importante de la región costera la comparte junto a Bayona y Anglet, eje denominado como la comunidad de aglomeración Biarritz-Anglet-Bayona.

Además de disfrutar del mencionado festival de celuloide, en el mismo recinto se encuentra el casino art decó de Biarritz, un espacio abierto al público el 10 de agosto de 1901 considerado uno de los más antiguos de Europa.

Posee playas con olas inmejorables para los practicantes de deportes de agua como el surf o el windsurf. Sino sabe surfear, en la orilla podrá encontrar infinidades de escuelas de surf en las que podrá alquilar todo el equipamiento necesario para su práctica.

Biarritz es un lugar aristócrata repleta de casas lujosas y mansiones que solo ocupan sus dueños durante los meses de verano entre junio y septiembre. El contraste entre los “ocasionales” adinerados y los locales de la vida “surfera” despreocupada, es interesante ante la diversidad de cultura y formas de vida tan disímiles.

Entre los lugares que debe conocer en esta espléndida ciudad veranera, está el Hôtel du Palais (Hotel de los Palacios traducido al castellano), edificación construida por Napoleón III para su esposa la Emperatriz Eugenia. Desde el aire se puede notar que el edificio fue construido en forma de letra “E”, en honor a su pareja.

Muy cerca de ahí, se encuentra el faro de Biarritz erigido en 1834 a más de 70 metros sobre el nivel del mar para vigilar el cabo Heinsart, espacio que sirve de referencia para conocer el límite entre la costa arenosa y la rocosa perteneciente al País Vasco. La vista panorámica de 360º que tendrá desde lo más alto, valen la pena subir los 248 escalones que conforman las escaleras.

Este balneario, si lo desea, puede recorrerlo a pie o en bicicleta. Durante el ocaso podrá disfrutar de una buena copa de vino o unas cervezas. La movida nocturna presenta varias opciones que van desde los más informal a el evento más importante de la semana. Biarritz no solo es sol, también es diversión y fiesta nocturna.

ALFA