Cuando se habla de Bután como el país de la felicidad, puede sonar a una metáfora, pero indudablemente no es así, este país existe y se le conoce con este nombre, gracias a que es el único país en el mundo que su gobierno mide su riqueza por la felicidad de cada uno de sus individuos,  tal como se mide y valora la medición del producto interno bruto (PIB), en otros países. La Constitución establece la Felicidad Nacional Bruta (FNB), siendo ésta más importante que la economía del país, gracias al rey Jigme Singve Wangchuk quien impulsó está propuesta.

¿Ustedes se preguntarán pero cómo se mide la felicidad de un pueblo? En este sentido, se contempla una fórmula para su cálculo a través de cuatro puntos importantes, como lo son el hecho de tener un buen gobierno, así como un amplio desarrollo socioeconómico, prestar especial atención a la conservación del medio ambiente y promover los valores dentro de sus habitantes. Puntos que deben ser respetados por cada uno de sus pobladores y por su reinado.

Pero a quién no le gustaría vivir allí y ser feliz por el tiempo que le corresponda estar en la tierra. Es que realmente es un país maravilloso, aunque muy pequeño y con una población aproximada de 800 mil habitantes, es un lugar en el cual se toma en cuenta la calidad de vida de cada persona. Sin embargo, si entre sus planes tan sólo está un viaje para disfrutar sus vacaciones, tome en cuenta que es un destino exótico, único que definitivamente, debe conocer.

Si hace una pequeña encuesta entre sus amigas, probablemente menos del 1% haya conocido este estupendo país, que le ofrece una conexión espiritual inimaginable, el cual transmite paz y tranquilidad a las personas que lo visitan, ya que muchas veces es lo que buscan los vacacionistas al llegar a algún lugar.

Por esa razón si necesita quitarse el estrés, encontrar su yo interno, reflexionar sobre su vida, rodearse de gente buena, y reconfortar su espíritu, definitivamente debe visitar Bután, un lugar lleno de magia, de historia y leyendas que la harán trasladarse hacia lo mágico, hacia las fantasías de los cuentos de hadas.

Conocido también como el reino budista, Bután se encuentra ubicado al sur del continente asiático, en el borde oriental del Himalaya, sin salida al mar y con puntos fronterizos con la China y la India. Su capital es Timbu, y aunque sus pobladores siguen la corriente del  budismo, otros habitantes practican la religión hindú, tomando en cuenta que en las escuelas no está permitido enseñar ningún tipo de religión.

A pesar de sus maravillas arquitectónicas y la belleza natural de sus paisajes, sigue siendo un destino poco conocido para muchas. Sin embargo, su difícil ubicación hace que no sea un destino muy fácil de llegar, y es por ello, que no fue sino hasta 1970, que se hace una apertura al turismo, abriendo sus fronteras, las cuales se mantuvieron cerradas por mucho tiempo, para garantizar el buen uso del ecosistema, generando de este modo un boom, hacia lo que significó el turismo en el país.

Para algunas lo más significativo, es que es un país que no ha sido invadido por la globalización sino que permanece intacto, es un país rural que vive de la agricultura y con muy poca industria para evitar la contaminación ambiental. Una de sus premisas es cuidar el medio ambiente, evitando el uso de bolsas plásticas, decreto que se emitió a partir del año 1999; así como el poco uso de vehículos que tanto contaminan el planeta con el combustible que utilizan.

Así pues, en este país se promueve una forma de vida más ecológica,  y es por ello, que no existen los semáforos, además, se ha convertido en el único país del mundo que no produce CO2. Y por ello, también está prohibida la venta y  el consumo del tabaco, lo que da pie a una tradición, que se basa en masticar doma, mezcla que se prepara con nueces y hojas de areca y lima de color rojizo, y su consumo está permitido en cualquier lugar, menos en el cine.

Convertirse en el primer país orgánico, es uno de sus fines. Esto se debe, básicamente al record mundial que obtuvo en el año 2015, al plantarse unos cincuenta mil árboles durante una hora, cifra que ningún país ha podido superar, a pesar de su desarrollo y avance tecnológico.

El turismo está muy limitado, y debe hacerse contratando personal preparado para que lo traslade a los lugares que desea conocer. No puede llegar sola e irse a cualquier sitio sin algún guía. La idea es no recibir un alto número de visitantes, si acaso 100 mil turistas al año para conservar su belleza natural.

Entre sus principales atractivos se encuentran los monasterios budistas, siendo el más importante, el templo Nido del Tigre, conocido como Taktshang Palphug, ubicado a mil metros del valle sagrado de Paro, es decir, se encuentra sobre la cornisa de la montaña, el cual fue construido en el año 1692, sus visitas son restringidas y si logra conocerlo, debe tomar en cuenta que para llegar hay que caminar, aproximadamente, 3 horas o llegar a caballo ahorrándose una hora de camino. Se recomienda colocarse protector solar, llevar sombreros, agua aunque existe una cafetería en la que podrá descansar y comer algo para continuar.

Todos esperan conocer este monasterio, bien por ser considerado un lugar sagrado, digno de visitar o por lo que cuenta la leyenda, la cual explica que el Budas Guru Rinpoche llegó en un tigre volador al acantilado, y en una cueva se detuvo a meditar durante tres meses, allí fue acechado por los demonios, los cuales venció. Al llegar encontrará los miles de banderines de oración los cuales indican que van por el camino correcto. Sencillamente, ¡un verdadero espectáculo para disfrutar!

Además de este mágico lugar para admirar, existen otros 13 templos, como el Punakha Dzong-Kai 19, ubicado entre dos ríos uno macho y uno hembra, conocidos con el nombre de Pho Chu y Mo chu -es que en Bután los ríos tienen sexo- aunque le parezca algo descabellado. En este monasterio tradicionalmente,  se realiza la coronación de los reyes de Bután, y en invierno el Je Khenpo la utiliza como su residencia. Además de la visita a todos los monasterios, también podrá conocer los innumerables parques que se encuentran en los diferentes pueblos.

Asimismo, una de las curiosidades de este país, es el Takin, animal nacional que es una mezcla de Dios y Yak, su figura está representada por una cabeza de cabra, nariz de alce, orejas de caballo y cuerpo de vaca. Se dice que esta mezcla es el resultado de las partes que sobraron de éstos animales cuando fueron creados. Su peso está entre 800 y mil kilos en la especie de machos y 500 kilos las hembras.

Ahora bien, si desea caminar por las calles de los pueblos, no se sorprenda con las peculiares pinturas que se encuentran en las paredes y tejados de algunas casas, quizás un poco dantescas para algunas, como lo es la representación de falos. Si exactamente, falos tal como se mencionan, los cuales se usan como signo de protección para ahuyentar a los demonios y espíritus malignos. Ya que cuenta otra de las tantas leyendas de Bután, que Drukpa Kuenleg, o el monje lascivo fue el que usó su falo para dominar los demonios y los malos espíritus de ese lugar, de allí casi todas las fachadas tienen esta figura.

Si decide viajar a este fabuloso país, debe tomar en cuenta algunas consideraciones, tales como, el alto costo para los turistas, un día de recorrido puede estar entre los 250$, dependiendo de la época del año que lo visite. También debe considerar que a nivel de tecnología, existen limitaciones en algunas áreas del Internet, la conexión es muy lenta por lo que debe considerar este punto. Además, es un poco complicado el uso de tarjetas créditos,  y hay muy pocos cajeros automáticos, básicamente ubicados en Timbu, la capital por lo que se recomienda llevar efectivo.

Por lo general, los «tours» deben ser cancelados por adelantado, precisamente por las complicaciones con respecto a las tarjetas de créditos, además que no aceptan ni euros ni dólares al momento de cancelar algún consumo, ya que su moneda es el ngultrum butanés.

De igual forma, su acceso es un poco difícil tanto por vía aérea como por carretera y no existen alojamientos adecuados para los turistas. Pero muy a pesar de estos inconvenientes, no crea que el atraso de su población es considerable, al contrario los jóvenes utilizan las redes sociales al igual que en  otros países, visten a la moda, algunos tienen vehículos últimos modelos y gozan de una vida nocturna en los bares de la ciudad.

Así que en Bután encontrará muchas cosas para divertirse, tanto con lo tradicional y espiritual, como con la vida actual y moderna, lo que significa un disfrute de las actividades nocturnas que le ofrecen a los turistas.

Finalmente, gracias a las políticas de medición del FNB  en Bután, se aprobó la iniciativa de la ONU, de crear el Día Internacional de la Felicidad, a partir del año 2013, siendo todos los 20 de marzo el día que se conmemora la Felicidad.

ALFA