Al igual que el cariño que le tenemos a las joyas cuando las adquirimos, debemos prestar especial atención a su mantenimiento, brillo y limpieza. Desde luego, no se trata de enviar al fregadero nuestras alhajas y limpiarlas con lavaplatos sino cómo es el procedimiento acorde al material de elaboración.

El costo de la joya es un buen referente con relación al esmero con que han sido elaboradas y la utilización de materiales de primera calidad. No obstante, no se debe abusar y darles un trato brusco. El cuidado diario y un mantenimiento cuidadoso, serán claves para mantenerlas en su estado original.

Además, con realizar determinadas técnicas de limpieza y pulido sus joyas siempre lucirán como cuando las adquirió. Por supuesto, debe tomar en consideración que cada pieza de joyería tiene un proceso que pueden ser similares pero al agregar una piedra preciosa, todo cambia.

Los metales como oro o plata, por lo general se tratan con productos químicos y sintéticos de fácil comercialización. La limpieza es totalmente sencilla; frote una pequeña cantidad de producto sobre la pieza con una pequeña tela de algodón.

Dedíquele algunos segundos adicionales y energía en aquellas zonas con presencia de machas profundas. Deje reposar algunos minutos hasta que el químico seque y con otro paño limpio frote nuevamente con fuerza hasta obtener el brillo deseado.

No obstante, anillos como los de compromiso que además de fabricarlos con una aleación en oro amarillo, blanco o rosado; piezas de plata o platino; tienen una piedra preciosa como un zafiro, rubí o diamante y no podrá utilizar ningún abrasivo que pueda perjudicar la gema.

Adicionalmente, este tipo de prendas requiere de cuidados especiales que mantengan el brillo de ambos materiales pero descuide, no necesitará productos costosos y difíciles de hallar en el mercado. No olvide que los aceites contenidos en cremas, las esencias, el polvo y la suciedad que nuestra piel puede producir, opacan las alhajas de plata y elimina el brillo del oro y diamantes.

Tome un poco de detergente que habitualmente se usa para prendas delicadas y viértalo en un recipiente con agua tibia. Produzca espuma con una pequeña esponja libre de grasa vegetal o animal; luego coloque sus anillos con similares características de fabricación y deje reposar de dos a cinco minutos.

Posteriormente, saque las joyas, una por una y limpie con un cepillo de cerdas delicadas con el propósito de suciedad y la mucre que produce el sudor. Enjuague las piezas con agua fría con el respectivo cuidado al evitar que se vaya por el desagüe.

Por último, seque sus joyas con un paño suave y colóquelas bajo el sol durante minutos para eliminar cualquier rastro de humedad antes de almacenarlas. Aunque parezca exagerado, obtenga un pequeño baúl de madera forrado con fieltro rojo que evitará que sus prendas se ensucien de polvo y pierdan su brillo.

Es vital para sus alhajas que recuerde estas recomendaciones. Tenga en cuenta que los diamantes también se pueden limpiar con amoníaco pero solo si éstas se encuentran fuera de metales o aleaciones ya que los despojaría de su brillo y color.

ALFA