Desde los inicios de la humanidad y su organización política y social, Grecia ha destacado por múltiples características, siendo su realeza, joyería, aportes a la humanidad y el arte, las principales de ellas. Sin embargo, a pesar de no existir hoy día una monarquía en Grecia, varias de sus joyas han sido preservadas a lo largo del tiempo y no tienen nada que envidiarle a las reliquias propias de otras naciones o reinos.

Desde siempre las joyas han sido consideradas como una demostración de poder y fuerza, Grecia no es la excepción por tal razón sus joyas nacionales son de gran envergadura y gozan de una calidad indiscutible. El día de hoy conoceremos de cerca las principales tiaras de Grecia y como estas han sido preservadas a lo largo del tiempo para continuar siendo admiradas hoy día, así hoy día no formen parte del patrimonio griego.

La tiara más emblemática de Grecia es la tiara de los rubíes y diamantes, la cual está representada en frutos y hojas de olivo. El origen de esta pieza se remonta a la Reina Olga, nieta del Zar Nicolás I de Rusia; quien además fue esposa del Rey Jorge I de Grecia, convirtiéndose en reina a los 16 años. Inicialmente la tiara estuvo acompañada por dos broches y gargantillas de rubíes, a los que tiempo más tarde se agregaron unos pendientes. Los rubíes presentes en esta pieza son bastante peculiares, debido a su tonalidad oscura, la cual en muchas ocasiones puede verse en una tonalidad rosada o púrpura.

La Reina Ana María, esposa del Rey Constantino II de Grecia, utilizó con frecuencia este juego de piezas, incluida la tiara pero siempre recurriendo a la versión más corta y discreta de la colección.

La segunda tiara más emblemática de los griegos es la tiara de diamantes y esmeraldas, la cual fue creada para la Reina Isabel de Grecia, esposa del Rey Jorge II de Grecia. La historia de estas esmeraldas se inicia con la llegada de la Reina Olga a Grecia, quien las llevaba en su colección de joyas y piedras preciosas como dote. En 1921 el nieto de la Reina Olga, regala parte de esas joyas a su novia al momento de contraer nupcias y así es como se da origen a la tiara en “bandeau” de diamantes en un diseño floral acompañado por broche y pendientes que hacen juego con la misma.

Posteriormente la tiara fue modificada colocándola en una base de diamantes que separan a las esmeraldas con dos letras “E” las cuales significan “Elisabeta”, haciendo alusión a la reina. En 1935 cuando la Reina Isabel y el Rey Jorge II se separan, ella le regresa la tiara y las esmeraldas; que posteriormente este dejó a su hermano el Rey Pablo I. La esposa del Rey Pablo I, Federica, le hizo la última modificación al conjunto eliminando la fila superior de la tiara y así esta puede ser utilizada como gargantilla.

En la actualidad el conjunto está conformado por cinco esmeraldas en forma de cabujón, unos pendientes de esmeralda en forma de gota y cinco broches de gota los cuales son desmontables. La última en utilizar este juego real es la Reina Ana María de Grecia, quien ha reservado este conjunto para las ocasiones más especiales.

ALFA