La isla de Mykonos se ha convertido en la Ibiza de Grecia, es decir, uno de los destinos turísticos más populares y concurridos del Mediterráneo, ya que ofrece vistas hermosas, mucha hospitalidad por parte de sus habitantes y se ha ido posicionando como la capital de la música electrónica y de la fiesta en el mundo entero.
A pesar de la gran apertura de la isla al mundo occidental, Mykonos sigue guardando muchas de sus tradiciones, como por ejemplo, pasear por el casco antiguo de Mykonos que es una verdadera aventura y más si el recorrido se realiza sobre un burro, que siempre fue el medio de transporte de los griegos en la isla. Sus calles son pintorescas, con sus casitas blancas encaladas y sus balcones de madera llena de macetas y flores y techos azules; es importante destacar que todas las casas deben tener estas características con la finalidad de mantener la uniformidad del lugar y conservar así su patrimonio histórico.
Comer en Mykonos puede ser siempre una gran experiencia, ya que, la comida griega al igual que la italiana son mediterráneas, por esa razón guardan estrecha relación entre sí, sin embargo la comida griega destaca por sus quesos de cabra y notables productos del mar como el pulpo.
Si de recomendaciones se trata, se deben probar las típicas moussakas, los gyros con las ensaladas y los pancillos con salsa tzatziki. Antes de empezar a comer están los mezés o aperitivos, además del kopanisti, un queso delicioso que se acompaña con el famoso ouzo, la bebida más consumida en Grecia. Las louzas, son una especie de salchichón hecho con carne de cerdo que siempre suelen servirlas acompañadas de aceitunas.
Entre los postres destaca la amygdalota, un exquisito dulce de almendras con miel y queso de cabra. Sin mencionar además que a esta se le asocia también a la mitología griega y sus dioses, algo que genera gran curiosidad en los extranjeros por lo que se puede disfrutar de las miles de bondades de este paraíso y a su vez aprender de historia y mitología. La isla debe su nombre a un hijo del dios griego Apolo, conocido como el Luminoso, el cual se llamaba Mykono.
La seguridad y belleza de las playas hacen que estas sean muy concurridas, además de la diversidad de planes y características que ofrece cada playa que conforma la Isla. Tomar sol, nadar, compartir con amigos, escuchar música, realizar deportes acuáticos, disfrutar del paisaje, observar las flores, son solo algunos de los planes que se pueden llevar a cabo en tan magnífico destino.
Sea cual sea el motivo que impulse a viajar a Mykonos, siempre valdrá la pena, ya que esta isla de luz se ha convertido en el destino favorito de quienes andan por el Mar Egeo en plan de rumba, diversión, de una escapada romántica perfecta y paradisíaca e incluso de aquellos que solo quieren conocer el mundo y disfrutar de las tradiciones de otra cultura.
ALFA