Como madres tenemos ese instinto protector que nos hace querer cuidar a nuestros hijos, ante cualquier situación que altere la comodidad de su entorno. A pesar de ello, a veces tenemos la necesidad de abordar temas difíciles sin saber cómo hacerlo
Aquellos temas difíciles de abordar con nuestros niños, con frecuencia están relacionados con problemas familiares o cambios radicales, como el divorcio de los padres, mudanzas a otra ciudad o país, problemas económicos, muerte, o enfermedades.
Como los adultos de la familia, nos corresponde a nosotros dar el primer paso y para ellos existen ciertas pautas, relacionadas con nuestro discurso, tono de voz y situaciones en que se dan las conversaciones y que hacen que estas sean más cómodas para ambos.
Lenguaje y entonación
Siempre debemos tener este tipo de conversaciones, utilizando un lenguaje simple y en un ambiente tranquilo en el que el niño se sienta en confianza, así podrán preguntar las cosas que con seguridad no entiende.
De acuerdo con los resultados de investigaciones realizadas por el profesor de psicología en la Universidad de Harvard, Jerome Kagan «Lo importante es que los padres no estén nerviosos cuando hablen con sus hijos sobre temas difíciles. «El niño está captando el tono de lo que dicen, no las palabras«.
En este sentido, Kagan resalta la importancia de hablar con tranquilidad y en el caso de los niños, ofrecerles respuestas breves, de acuerdo a su madurez e ir profundizando a medida de su crecimiento.
No sienta temor a las preguntas
Los niños son curiosos por naturaleza y ante un tema al que se enfrentan por primera vez, este comportamiento se evidenciará mucho más. Para salir airosas de este compromiso y asegurar que hemos respondido a la inquietud de nuestros pequeños, debemos llenarnos de paciencia y explicarle la situación siendo cuidadosas en no traumarlos, lo cual lograremos con respuestas concisas.
Temas comunes de la preadolescencia
Otros de los temas poco cómodos de tratar con los niños son aquellos relacionados con la sexualidad, el consumo de drogas o alcohol. Como padres, es normal que tengamos dudas sobre cuál es el límite que podemos llegar a alcanzar con este tipo de conversaciones.
Con respecto a estos temas típicos del inicio de la adolescencia, podemos hablar con nuestros hijos y explicarles las consecuencias de la toma de decisiones erradas y cómo afectarán su futuro. Así como explicamos, también debemos saber escuchar sus dudas y preocupaciones sin juzgarlos con una forma de hacer que confíen en nosotras.
Los temas relacionados con el acontecer diario o catástrofes también preocupan a los pequeños, llenándolos de miedo e incertidumbre. Es importante explicarles la magnitud de los sucesos y aprovechar la ocasión para reforzar su sensación de seguridad, mostrándoles nuestro apoyo.
Como madres es cierto que no podemos tomar las decisiones de nuestros hijos por ellos mismos, pero si podemos tener un papel fundamental en la orientación sobre temas difíciles que preocupan su entorno y en ningún caso podemos ignorar o restar importancia a sus inquietudes sobre los mismos.
¡Asombroso! Me encantó, saludos desde Argentina.
¡Buenísimo! Uno de sus mejores post. Mil gracias!