Creería usted si le digo que existen cuatro acuerdos para ser feliz, a través de los cuales cada uno de nosotros podemos lograr una vida sana, con equilibrio personal, emocional, mental y social, que nos lleve por un camino de paz, alegría y tranquilidad. Pues sí es posible, si se tiene la convicción de que, para ser feliz, se necesita seguir una serie de principios sencillos, para convertirnos en seres proactivos, donde las palabras se hacen declaraciones que determinan nuestras acciones y nos conducen a la felicidad.

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Pues bien, se trata de cuatro acuerdos toltecas que fueron expuestos por el médico mexicano Miguel Ángel Ruiz Macías, quien logró en el año 1998 realizar  un magnífico ensayo basado en la sabiduría de esta civilización antigua, cuyas creencias y principios  reflejaban una cosmovisión del mundo, que hoy día tiene mucha vigencia y aplicabilidad, según la cual los seres humanos deberían tener determinados hábitos o costumbres para optar a una vida llena de equilibrio personal, emocional, mental y social.

De esta manera, estos cuatro acuerdos de los toltecas traen consigo  consejos ancestrales que se han difundido mundialmente con una gran aceptación, que dan una relevancia significativa a esa gran herencia cultural precolombina, la cual surgió hace mil años, en el sur de lo que hoy es México y que se caracterizó por el amplio desarrollo de sus conocimientos esotéricos. Pero, después de la etapa de conquista de los europeos, se  obligó a los indígenas a esconder esta sabiduría ancestral, sin embargo, se fue transmitiendo de generación en generación.

Es así como, Miguel Ángel Ruiz, logra transmitir en su libro un mensaje positivo, de manera sencilla, que logra llegar a los lectores a través de explicaciones concretas y ejemplos básicos sobre la sabiduría y la cosmovisión de los antiguos toltecas, haciendo énfasis en el hecho de que debemos comenzar por tomar la firma decisión de ser feliz, para así lograr el equilibrio personal, emocional y social del que hemos hecho referencia.

Comencemos entonces explicando el primer acuerdo “Ser impecable con las palabras, lo cual significa de manera clara que se debe utilizar la energía correctamente, siempre dirigimos por y hacia la verdad, y sobre todo desde el amor por sí mismos.

Según este enunciado, nuestras palabras tienen poder, y cuando se dice que debemos ser impecables, se hace desde una perspectiva positiva, pensando en nuestro bienestar y en el de los demás, porque si se utiliza de manera contraria, estaríamos creando conflicto, caos y fracaso; ya que ese poder al decretar acontecimientos, hechos y decisiones, movidos por sentimientos y energías negativas, traerán obviamente consecuencias negativas.

Este acuerdo tiene que ver con lo que actualmente se conoce como la ley de la causa y efecto, ya que en las palabras se derivan de nuestros pensamientos, y como sabemos la mente tiene poder a través del pensamiento, más aún cuando lo soltamos en forma de comunicación oral, es decir, a través de la palabra, de allí que ésta sea considerada como una  de las herramientas más poderosas que las personas tenemos, que a su vez puede ser un arma de doble filo, debido a que “pueden crear una hermosa realidad  o destruir todo a nuestro  alrededor.

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Dentro de este poder de las palabras, debemos destacar el hecho de que las palabras repetidas muchas veces en forma de chismes, son como magia negra que repercute en la vida y obstaculiza el camino para ser feliz, llenándonos de energías negativas que afectan desde el punto de vista emocional, además de que muchas veces están construidos sobre suposiciones llenas de malas intenciones y sentimientos de odio o envidia. Así que si deseas tener una vida sana, con equilibrio personal, emocional y social, debes alejarte de esa magia negra que te aparta de la verdad, y encaminarte como ser creativo y proactivo hacia el bien.

El segundo acuerdo, No te tomes nada personalmente”, con lo cual se hace énfasis en que se es responsable de sí mismo, no de lo que hacen los demás, por lo que debe tenerse seguridad y sentirse importante, pero sin el típico egoísmo que en ocasiones hace pensar a algunas personas que el mundo gira en torno a ellas, y que cuando los demás se refieren a determinados temas o situaciones, se están refiriendo a ellos, y no siempre es así; por lo que se debe dejar a un lado los chismes, y convertirse en inmune ante los comentarios mal sanos.

Cuando se toma la decisión de no sentir que todo lo que acontece o se dice se refiere a uno mismo, en ese mismo momento cesan el conjunto de comentarios y/o situaciones que pueden afectar desde el plano emocional y social. Por ello, a través de este acuerdo se estaría reforzando la autoestima y dejando a un lado la inseguridad, la prepotencia y el egoísmo, ayudándonos a tener una vida sana, sin conflictos a nuestro alrededor, ni situaciones desagradables que nos sumergen en un mar de chismes y suposiciones que limitan nuestra cosmovisión del mundo y nuestro camino para ser feliz.

El tercer acuerdo, “No hacer suposiciones”, ya que la mayoría de los seres humanos tenemos la tendencia a realizar suposiciones sobre todo lo que nos rodea, sobre nuestros padres, nuestros amigos, compañeros de trabajo, sobre situaciones de orden social o comunitario, etcétera, lo cual nos sumerge en un mundo de dimes y diretes, donde se sacan conclusiones muchas veces injustas que no conducen hacia el equilibrio personal y emocional, con lo cual se pierde la objetividad y se deja de ser proactivo, responsable y por tanto el individuo se  desvía del camino para ser feliz.

Este acuerdo guarda relación con el segundo acuerdo, considerando que el hecho de tomarse las cosas personalmente, generalmente nos lleva al mundo de las suposiciones, lo cual es sumamente negativo para el proceso de evolución personal, nos resta energía y fluidez, y en lugar de ser entes proactivos nos convertimos en un torbellino emocional capaz de perder el equilibrio emocional y generar respuestas, interacciones y relaciones negativas en los entornos en los cuales nos desenvolvemos.

Finalmente, el cuarto acuerdo “Hacer siempre lo máximo que se pueda”, sostiene que debemos buscar la excelencia a través de la responsabilidad y la honestidad, como valores que nos llevan a vivir como seres proactivos, que disfruta lo que hace con intensidad, constancia y entrega. De tal forma, se puede ser bueno consigo mismo y con los demás, asumiendo los compromisos de manera responsable, y haciendo todo con amor, así nos convertimos en seres solidarios, que dejan a un lado las suposiciones y los conflictos.

Por lo tanto, cuando un individuo es capaz de desarrollarse a tal punto que encuentra su equilibrio personal y emocional, en esa medida será capaz de  cumplir con su familia, su comunidad y con la sociedad en general; generando palabras con una energía bien dirigida que traen como la resultado una acción eficaz y productiva, como pilar fundamental para ser feliz.

Para lograr este propósito de ser feliz, debemos controlar nuestro entorno emocional, y aprovechamos esa energía mental, emocional y física con las que despertamos para ser proactivos en todos los sentidos, durante nuestras jornadas diarias en cualquier entorno donde nos encontremos; no permitiendo que esas energías positivas las absorban personas con vibraciones negativas, que vienen en forma de chismes, envidia, palabras hirientes, situaciones de conflicto, etcétera.

Recordemos que las emociones positivas nos traen respuestas positivas y las emociones negativas sólo pueden traernos cosas negativas, así que limpiemos nuestro cuerpo emocional de esas heridas infectadas por ese tipo de emociones,  tales como la tristeza, el odio, la ira, la rabia, la envidia y el desánimo.

Todas esas emociones y actitudes negativas que se derivan de vibraciones negativas, se deben a una grave enfermedad mental que se llama “miedo”; la cual se presenta cuando se observan síntomas como la rabia, el enojo, la apatía, el  odio, la envidia, la tristeza, el engaño, la mentira, entre otras; que nos bloquean el camino hacia esa cosmovisión del mundo, hacia el equilibrio personal, a través del cual logramos una vida sana y la felicidad.

Entonces, lo importante es sanar de esta enfermedad, superando los miedos, abriendo las heridas para desinfectarlas y sanarlas en su totalidad, lo cual puede hacerse desde el perdón a nosotros mismos y a los demás.

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Cuando logremos esto, estaremos en la vía correcta que nos permite ser feliz, y utilizar las herramientas adecuadas para actuar de manera proactiva, utilizando las palabras con la energía correcta, construyendo y no destruyendo, y sobre todo obviando las suposiciones que hacen tanto daño a nuestra mente, llenándonos de temores, de pensamientos y sentimientos negativos que repercuten en nuestras actitudes y comportamientos.

Por eso, los cuatro acuerdos para ser feliz, son una cosmovisión que nos invita a dejar de lado hábitos negativos que frenan nuestra evolución y equilibrio personal, emocional y social; dejándonos una síntesis de las enseñanzas de una civilización antigua llena de sabiduría, energía y poder espiritual. Está en cada quien tomar la firma decisión de ser feliz, proactivos y llenos de energía positiva, para así comenzar un proceso de transformación que seguro nos hará actuar de manera positiva en pro de nosotros mismos y la sociedad.   

ALFA