Si le gustan los chocolates el lugar perfecto es visitar las Colinas de la Isla de Bohol, en Filipinas en el Sudeste Asiático. Es una hermosa atracción turística formada por casi 1268 colinas geológicas en formas de conos, perfectas y llamativas, que alcanzan los 120 metros de altura y parecen bombones reales; están cubiertas de hierba verde que se vuelve de color marrón oscuro durante la estación de sequía; de ahí proviene el nombre de Colinas de Chocolate.

Esta misteriosa maravilla es un destino único en el mundo y perfecto para visitar; es un privilegio poder apreciar este impresionante paisaje natural que pareciera fue el Creador con sus pinceles y colores quien le dio formas y bellos matices a estas imponentes montañas, declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; y también denominadas el “Tercer Monumento Geológico Nacional” por la misma Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Estas prominentes colinas se formaron por la erosión natural a través del tiempo; se dice que se originaron en el fondo del océano millones de años atrás, y fueron refinadas por las lluvias y el viento con el pasar de los siglos. Sus montañas tienen una perfecta simetría; están repartidas en una superficie de casi 50 kilómetros cuadrados donde abunda la vegetación que decora con su belleza el espacio de ese imponente lugar;  algunos turistas que visitan esta zona miran con asombro y creen que fueron hechas por las manos del hombre.

Por otro lado, este sitio tiene un atractivo muy importante: está salpicado por fantásticos cultivos de arroz que adornan el paisaje y viviendas rústicas hechas en bambú que tienen más de 2000 años de antigüedad; actualmente la siguen utilizando los nativos de esa región, ya que aquí desarrollaron una asombrosa sociedad agrícola de arroz completamente artesanal, convirtiéndolo en uno de los lugares más visitados en Filipinas.

Para observar de forma panorámica y con mejor precisión estas exuberantes montañas, han construido el mejor mirador encima de una de las colinas que se sitúa en el pueblo de Carmen, donde se logra apreciar el montón de “bombones de chocolates”.

La excursión a esta Isla le encantará porque además estará en contacto con la fauna y la flora de la selva tropical; ahí se encuentra un centro especial de conservación de mariposas, y los guías muestran al visitante todo lo referente a estos magníficos insectos; tanto su variedad, su alimentación y apareamiento. En ese exótico lugar tendrá la oportunidad de conocer a un pequeño y peculiar primate, el “tarsero filipino” de enormes ojos negros y dedos alargados que habita en el sudeste asiático en Filipinas, y se ha convertido en símbolo de la fauna autóctona del país.

La experiencia de conocer este paisaje filipino nunca se olvidará, además de su auténtica atracción, este recurso natural ecológico tiene la peculiaridad de apreciarse durante todas las estaciones del año. ¡Déjese llevar y cautivar por la belleza mística de la naturaleza admirando las Colinas de Chocolate!

ALFA