Actualmente, la tendencia a asociar la conexión entre cuerpo, mente, pensamientos, emociones  y salud, es cada vez mayor. Y es que cada día se consiguen más pruebas científicas sobre afirmaciones generalizadas como: el cuerpo es el reflejo de los pensamientos o las emociones positivas mejoran la salud, entre otras. La razón, es la serie de estudios hechos por especialistas que definitivamente aceptan y dan por sentado que los pensamientos y las emociones se reflejarán a través del cuerpo, mostrando una buena o mala salud física y psíquica.

La correspondencia con ciertas enfermedades y las emociones, por ejemplo son demostrables; de hecho existen estudios que hablan de cómo las emociones producidas por pensamientos negativos, inciden en las enfermedades que se padecen y por el contrario como benefician los pensamientos y emociones positivas a la salud mental y física.

Por consiguiente, según datos científicos, pensamientos negativos producen emociones como la ira, la depresión, la ansiedad, entre otras, que al prolongarse pueden desatar enfermedades graves o impedir la recuperación de algunas. Por el contrario si usted mantiene un estado mental lleno de pensamientos positivos, es factible que mantenga una buena salud en general. Un caso demostrable ha sido las pruebas que realizó, a través de un test psicológico, a un grupo de personas que padecían enfermedades cardíacas, el Dr. John Barefoot, de la Universidad de Carolina del Norte. 

Este test psicológico consistió en medir el nivel y la constancia de enojo de estas personas, dando como resultado que el grupo con mayor ira que solía molestarse recurrentemente, tenían las arterias más obstruidas que las personas que no solían enojarse fácilmente. Es decir, a mayor ira mayor obstrucción de las arterias y por lo tanto un incremento de enfermedades cardíacas. 

Ahora bien, las emociones y pensamientos, además de afectar al cuerpo, no sólo a través de enfermedades que pueden debilitar el sistema inmunológico o los órganos como el corazón, hígado, etc., inciden en el sistema músculo-esquelético proporcionando un desequilibrio en la postura. Y para quienes no están enterados, la postura de una persona habla de su carácter, estado de ánimo, historia y temperamento; es decir, que a través de ella, se llega a conocer una especie de lenguaje simbólico que al final viene dado por la forma en cómo se manejan los pensamientos y emociones. Todo está conectado.

Para demostración de ello están los estudios que una serie de científicos finlandeses  realizaron a través de un mapa corporal, llegando a la conclusión de que los patrones de sensaciones en el cuerpo tienen base biológica. Por ello, afirman que es muy importante estar conscientes del papel que juegan las emociones y cómo se comporta la base corporal y el cuerpo en general.

Ahora bien, haciendo un poco de historia, la conexión cuerpo-mente no fue siempre tan aceptada por los científicos como en la actualidad. Si se quiere, estos conceptos comenzaron a hacer ruido a partir de las teorías de Descartes, quien planteó en su libro «Meditaciones metafísicas» esta relación. En estos escritos trata de explicar la correspondencia que existe entre mente y cuerpo y cómo se podían vincular a la conciencia, el espíritu, las ideas, el libre arbitrio, la libertad al mundo material desde el punto de vista científico.

Ahondando un poco más sobre la teoría de Descartes, el cuerpo y la mente son sustancias diferentes que tienen comportamientos distintos o diversos. El postulado es que al cuerpo lo gobiernan los movimientos y abarca un espacio, pero sin pensamiento, mientras que la mente está directamente vinculada a los pensamientos y no tiene espacio definido. De aquí nace el intraccionismo dualista como solución a estas dos entidades que se encuentran unidas en cada persona y que se influyen mutuamente a través de la glándula pineal, donde la mente rige el movimiento del cuerpo en su conjunto.

Sin embargo, los que apoyaban el pensamiento materialista pensaban que era falso que la mente rigiera la materia si era solo pensamiento, por lo que la mayoría de los científicos estuvieron en desacuerdo tener como solución a la relación cuerpo-mente, la teoría del intraccionismo dualista de Descartes, ya que se trataba de un problema metafísico. A partir de esta tesis teórica, sugerida desde el siglo XVII por este filósofo, donde se afirmaba que cuerpo y mente estaban separados, se permaneció con estas creencias y es hasta el siglo XX que surge una nueva propuesta.

Durante el siglo XX, aparece con gran fuerza la teoría de la interconexión entre mente y cuerpo, impulsada por el profesor George Lakoff, de la Universidad de Berkeley; esta tesis surge con el concepto y estudios de «El conexionismo un conjunto de enfoques en los ámbitos de la inteligencia artificial, psicología cognitiva, neurociencia y filosofía de la mente, que presenta los fenómenos de la mente y del comportamiento como procesos que emergen de redes formadas por unidades sencillas interconectadas a través de las redes neuronales«.

Por consiguiente, después de que un grupo de neurocientificos confirmaran la teoría de la interconexión, a través de muchos estudios, el concepto de cuerpo-mente ha cambiado, ha evolucionado y en estos días la tendencia es afirmar que el cuerpo es el reflejo de los pensamientos y por ende de las emociones. De tal manera, que la mayoría de los problemas físicos son psicosomáticos, ya que el cuerpo y la mente son entes que van de la mano y pensar que son cosas diferentes, es un error.

Según especialistas como Daniel Goleman y otros, es importante entender que la mente es la parte interior del cuerpo y el cuerpo la parte exterior de la mente; igualmente, señalan que lo adecuado es tratar a las personas desde la parte psicoemocional, ya que la mayoría de las enfermedades es posible controlarlas con un adecuado manejo de las emociones. Por lo que no es acertado solo tratar la enfermedad, aisladamente de este aspecto importante que se debe tomar en cuenta.

Si se ha demostrado que el origen fisiológico de las emociones es neuronal, entonces  el cuerpo no sólo está conectado consigo mismo, si no con todo aquello que maneje la mente, pensamientos y emociones; por lo que es necesario trabajar seriamente en los pensamientos para que estos sean lo más positivo posibles y generen emociones de paz, amor, tranquilidad y felicidad, entre otras. Igualmente, se recomienda dedicar cada día, ya sea en las mañanas y en las noches unos minutos de meditación y respiración suave para conectar con el subconsciente. 

Otro aspecto que puede ayudar a mejorar y controlar los pensamientos en pro de la salud, es hacer ejercicios ya que con ellos se producen endorfinas que elevan los niveles de felicidad, optimismo y alegría, aumentando el bienestar. Realmente mantener en práctica las técnicas de cuerpo y mente ayudarán al equilibrio emocional y mental.

Finalmente, tomar conciencia que cuerpo y mente están directamente interconectados y adquirir el hábito de mantenerse en forma físicamente, controlando, igualmente pensamientos y emociones, pero además siguiendo el consejo del famoso Eckhart Tolle quien recomienda hacerse la pregunta ¿qué está pasando dentro de mí en este momento?, para enfocar la atención hacia adentro y sentir la energía de la emoción, tiene las posibilidades de tomar conciencia de sí mismo. Sin embargo, nunca obvie la ayuda de un buen y verdadero especialista.

ALFA