El diamante Beau Sancy o pequeño Sancy es una de las piedras preciosas más importantes y reconocidas en el mundo. Pero más allá de la belleza de esta gema de 34,98 quilates, con una talla en forma de pera y un corte de doble rosa, que sin duda le otorgan un gran valor se esconde una interesante historia.

En total más de 400 años de historia, que incluyen varias familias reales europeas de Francia, Holanda, Inglaterra y Prusia. Aunque se desconoce el origen exacto de esta hermosa piedra de color blanco, su procedencia es indiscutiblemente de la India. Ya que antes de 1725 que fueron descubiertos en Brasil los yacimientos de diamantes, las únicas minas conocidas de diamantes eran las de Golconda en la India.

Estas minas son conocidas, porque en ellas se encontraron otros diamantes famosos como el Kohinoor, el regente o el hope. La historia del diamante Beau Sancy, que según se dice perteneció a la familia Harlay de Sancy, comenzó en la segunda mitad del siglo XVI. Específicamente habría sido Nicolas Harlay de Sancy, un diplomático y agente financiero francés, el primer propietario conocido, quien lo habría comprado en Constantinopla y a quien debe su nombre.

Fue el mismo Sancy, quien posteriormente en 1604 vendería el diamante al rey de Francia, Enrique IV por 25.000 escudos. Pues, era un deseo de su esposa, la futura Reina de Francia María de Médici, quien ansiaba esta preciosa joya. Sobre todo, después de enterarse que Sancy le habría vendido un diamante más grande al príncipe Jacobo I de Inglaterra.

Fue así como María de Médici se convirtió en la siguiente propietaria del diamante Beau Sancy y la primera de la realeza. Ella la haría engastar en lo más alto de su corona, misma que luciría por primera vez el día de su coronación como reina de Francia, el 13 de mayo de 1610.

Sin embargo, la tragedia también pasaría a formar parte de la historia del diamante Beau Sancy. Pues, pocas horas después de la coronación, el rey sería asesinado y la reina pasaría a convertirse en la regente. Ya que, su hijo Luis XIII, quien era el monarca legítimo todavía era menor de edad y no podía gobernar.

Maria de Medicis se mantuvo como regente por 20 años, pero su manejo de la política la condujo a una oposición muy férrea de su hijo. Por lo que en 1630 fue desterrada de Francia y no tuvo más opción que irse a vivir exiliada. Holanda fue el destino escogido por ella, pero privada de toda pensión procedente de Francia para cancelar sus deudas se ve obligada a vender sus joyas más preciadas.

Entre estas joyas, obviamente estaría el diamante Beau Sancy, que fue adquirido por el príncipe Federico Enrique de Orange –Nassau. El diamante fue comprado por 80.000 florines, que en 1641 fue considerado como el gasto estatal más importante en Holanda. Y el príncipe Federico lo uso para fortalecer las alianzas entre la Casa Real Inglesa y la de Orange.

Algo que lograría a través del compromiso entre su hijo el príncipe Guillermo II y la hija mayor del rey Carlos I de Inglaterra, la princesa María Enriqueta, a quien obsequiaría el diamante. No obstante, una vez más y como si se tratara de una maldición de esta joya, se repetiría la historia. Y en 1660, tras la muerte de la Princesa María Enriqueta, el diamante Beau Sancy se usaría para pagar sus deudas.

Pero en 1677 fue recuperado por la Familia Real de Orange – Nassau, luego de la boda entre el príncipe Guillermo III y María II Estuardo, que habría recibido el diamante Beau Sancycomo regalo. Aunque años más tarde, en 1689 la pareja llega al trono de Inglaterra y con ello, el diamante pasa a formar parte de las joyas de la corona.

La unión entre Guillermo III y María II Estuardo, no tuvo descendencia y la gema regreso a la casa real de Orange. Hasta que en el año 1702 se convirtió en la joya principal de Federico I de Prusia. Quien la usaría como el adorno principal de su corona.

De esta manera, el diamante Beau Sancy formó parte de su dinastía, por más de 300 años, pasando de generación en generación, hasta llegar a manos del príncipe Jorge Federico de Prusia. Con quien se mantendría, hasta el año 2012 como parte de la colección de la casa de Prusia. Ya que, ese mismo año fue puesta a la venta por Sotheby’s y adjudicada a un comprador anónimo por un monto de 9,7 millones de dólares.

De esta manera, fue considerada como la piedra preciosa de mayor importancia y antigüedad en abrirse paso en el mercado del arte. Tras haber pertenecido a cuatro casas reales.

Diamante Beau Sancy un gesto de amor

Este diamante durante su historia rica en acontecimientos fungió como muestra de amor y de afecto, como forjador de pactos y alianzas entre grandes líderes, como cierre de grandes deudas y como muestra de lo increíble que es el trabajo en conjunto de la naturaleza con el hombre. Sin duda alguna, el diamante Beau Sancy es una gran joya con un valor incalculable.

Pero no solo por su precio, sino por todo lo que representa, su historia, las personas que tuvieron contacto con ella y quienes siempre desearon poseerla. Durante su venta ofrecieron al público mundial la oportunidad de apreciarla en forma física. Pues, fue expuesta en varios países antes de su venta, con la intención de que todos conocieran su existencia y el enorme legado que reposa sobre esta joya.

Esto específicamente en las ciudades de Hong Kong, Nueva York, Roma, París, Londres y Zúrich. Su venta se llevó acabo en Ginebra y permitió abrir una brecha informativa en la que se continuó difundiendo su relevancia e historia. Puesto que luego de que se efectuara su compra las posibilidades de perderle el rastro por un par de años eran grandes.

Este acto tuvo mucha relevancia, puesto que, en los anteriores cincuenta años, el diamante Beau Sancy solo había sido mostrado en cuatro ocasiones.

ALFA