Tan importante como el amor que se sienten entre sí, la espiritualidad en la pareja es un hábito esencial para que ambos logren sentirse felices uno con el otro. Basándose en prácticas sencillas, como la meditación, la espiritualidad en pareja es ese terapeuta matrimonial que está a la vuelta de la esquina, en espera de ayudar con cualquier inconveniente que se presente.
El especialista, Mark Goulston, señala en su libro ‘¿Cómo conseguir y mantener el amor que mereces?’, que toda persona necesita encontrar hábitos que fomenten la felicidad para sí mismo, y para su pareja, “siendo un comportamiento que debe repetirse constantemente hasta que le cuesta poco esfuerzo mantenerlo”.
Además Goulston afirma que “Un buenas noches”, tomarse de la mano espontáneamente, un abrazo, o de repente, un piropo, son también hábitos necesarios a tomar en cuenta, que además de facilitar la vida en pareja, de igual forma influenciarán una feliz convivencia.
Es común considerar que la saciedad de diferentes necesidades se encuentre en cosas exteriores, como un auto nuevo, prendas, o viajes. Sin embargo, el budismo propone que la felicidad es un estado mental y espiritual, la cual solo se podrá encontrar dentro de cada persona.
El director del Centro Budista Mahakaruna, Iván Ribas, enfatiza en que «de acuerdo a la calidad de cada mente, será la calidad del mundo que se percibe, es decir, si mejoro la calidad de mi mente, mejorará la calidad de mis percepciones y experiencias.”
Entre los grandes beneficios que aporta la espiritualidad en la pareja es facilitar la toma de decisiones personales, en conjunto, sobre los hijos, o sobre el hogar; además de ser un aliado al momento de presentarse obstáculos y problemas; y muy importante, la espiritualidad encuentra ese tiempo para compartir solos sin ningún tipo de interrupción.
Para crecer de manera individual y en pareja, la espiritualidad es la manera en que se viven y practican las diferentes creencias religiosas, basándose en el respeto y la empatía, pues cada uno ha de influenciar el nivel de fortalecimiento que logre su compañero.
Desde el Catolicismo como el Judaísmo y el Islamismo consideran a la espiritualidad como base fundamental de todo matrimonio, debido a que tan marcadas creencias ven este lazo como la manera en que dos almas se unen en beneficio de sí mismas.
El cambio inicia en cada quien. Para integrar la espiritualidad a la vida en pareja, cada persona debe trabajar en sí mismo. Una vez cumplido este paso, podrá presentar la propuesta espiritual a su pareja. Pero con cuidado, pues de acuerdo al carácter que su compañero tenga deberá armarse de tiempo y paciencia para que finalmente este crea en la espiritualidad.
Decisión personal. La espiritualidad es una opción, no un deber. No debe haber ningún tipo de presión porque alguien se atañe a los ejercicios que se llevan a cabo. Si no quiere hacerlo, no lo haga. Más que felicidad, lo que terminará activando es un gran enemigo de la vida en pareja: la frustración.
ALFA