El granate malaya es una variedad de granate, y sin duda, una de las más raras e interesantes. En esencia, es una combinación del mineral piropo y espesartina, que fue descubierta por primera vez durante la década de 1960. El valle del río Umba, en el borde de Tanzania y Kenia, es el principal yacimiento de granate malaya, además de haber sido el lugar de su descubrimiento. El granate malaya se encuentra clasificado como una especie de piropo-pesartita, sin embargo, esto no es la regla para todos los granates malaya.

A pesar de que en sus inicios se clasificó solo como una variedad de piropo, con el transcurso del tiempo se clasificó al granate malaya como piropo-pesartita, ya que fue descubierto que, en muchos ejemplares, contenía partes iguales de espessartita o de almandina. Además, en ciertos casos, fue descubierto que las piedras contenían unas pequeñas trazas de grossular y andradita. El ahondamiento en la investigación de esta piedra tan peculiar ha permitido conocer que la composición de ella es sumamente variable, ya que puede contener desde el 2 al 94% de espesartita, del 0 al 83% de piropo, del 2 al 78% de almandina, del 0 al 24% de bruta y del 0 al 4% de andradita.

La denominación de “malaya” fue derivada de un término del swahili que significa “paria”. Esto, debido a que cuando los mineros la descubrieron y la ofrecieron al mercado, ninguno de los comerciantes locales la querían, ya que no se encontraba en ninguna categoría estándar de granate, lo cual llevó a que esta piedra fuera desechada.

La dureza del granate de malaya es excelente para joyería, contando con una calificación, en la escala de Mohs, de 7 a 7.5. Muy a menudo, el granate malaya contiene algunas inclusiones que se asemejan a agujas, y que ayudan a distinguirla de otras gemas, aunque se requiere un análisis químico para identificarla.

El granate malaya puede adquirir una gran diversidad de colores, cada uno de ellos muy único e interesante, tales como un rosa anaranjado, un rojizo anaranjado, y amarillento-naranja, todos ellos en varias tonalidades más claras u oscuras. Algunos tonos más raros que puede adquirir la malaya pueden incluir el melocotón o miel, el canela, o incluso pueden haber ejemplares casi incoloros.

Por lo general, las piedras anaranjadas son más raras que las rojizas, y las piedras con menores cantidades de marrón son más buscadas. Sin embargo, algo que diferencia al granate de malaya es que exhibe algunos destellos de rojo, los cuales no posee otro tipo de granate, y que son causados por las trazas de manganeso y hierro que suelen contener.

Gracias a que el fuego y la dispersión de los granates malaya son extremadamente notables, al cortarlos se busca facetarlos para resaltar estos detalles de las piedras, y que las convierten en piedras ideales para el uso en la joyería, y que, por supuesto, tienen un costo alto, valiéndose de su rareza y de lo lujosa que se ve cualquier pieza que la contenga.

ALFA