En el mundo de la alimentación existen alimentos con fama de saludables, otros que nos pueden afectar dependiendo del hábito de consumo y aquellos que definitivamente no son recomendables. Dentro de este último grupo se encuentran las grasas trans.

Las grasas trans se obtienen mediante un proceso industrial de oxigenación que hace que estas pasen de estado líquido a sólido, en los alimentos fritos a causa de las altas temperaturas que alcanza el aceite o en la trasformación bacteriana de alimentos como la carne y la leche, aunque en este último caso la concentración de grasas trans se ubica entre 1% y 8% y no representa un riesgo a la salud.

Así, podemos identificar como alimentos de este tipo a las galletas y bollos, palominas de microondas, pizas y otros alimentos congelados, mantecas, margarinas, cremas para añadir al café, glaseados, helados, muchos tipo de comida rápida y frituras, solo por nombrar los más representativos.

El consumo de este tipo de alimentos no genera ningún tipo de valor nutritivo a la salud, por el contrario y tal como advierte la especialista en nutrición y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad José Manuel García Almeida, estas aumentan los niveles de colesterol malo, que al incrementar los depósitos de grasa en las arterias, devienen en enfermedades cardiovasculares.

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en todo el mundo, incluso por encima de algunos tipos de cáncer. En 2015, este tipo de enfermedades significaron al menos 20 millones de defunciones en todo el mundo, lo que se traduce como 32% por ciento de los fallecimientos a escala mundial.

De acuerdo con lo anterior, la única medida para evitar la acción negativa de las grasas trasn en el organismo es eliminado el consumo de alimentos que la contengan en la dieta diaria. En su lugar, se debe procurar el uso de aquellas grasas alternativas y saludables, como: el aceite de oliva, aceite de girasol, aceite de maíz, soja y por el consumo de alimentos hechos en casa, cuando se trata de dulces y galletas, por ejemplo.

Según la Agencia Alimentaria de Estados Unidos (FDA), la función principal de las grasas trans es extender la fecha de caducidad de los alimentos y en vista de los daños que genera en la salud, por lo menos en ese país, se comenzó a prohibir progresivamente desde 2015. En este sentido, la industria alimentaria tendrá hasta el 2018 como límite para hacer la formulación de los alimentos sin este tipo de compuestos.

En la búsqueda de la llamada dieta equilibrada debemos considerar que existen varios grupos alimenticios, entre ellos las grasas, y aunque estas en ningún sentido deben ser eliminadas, si deben ser bien escogidas por los comensales y de esta forma evitar daños irreversibles en la salud.

ALFA