Las sales inorgánicas o sales minerales son importantes para la nutrición celular del cuerpo, ya que la deficiencia de alguna de éstas, impedirá que dichas células asimilen y utilicen los compuestos orgánicos complejos, ayudando al padecimiento de ciertas enfermedades. De tal modo que si tiene un déficit, el aporte de alguna de estas sales minerales, mantendrá el equilibrio de ellas en su cuerpo, restableciendo la nutrición y el metabolismo celular e igualmente mejorando su salud.

Partiendo de esto, el Dr. Wilhelm Heinrich Schüssler, médico alemán homeópata, del siglo XIX, descubrió las sales minerales como una alternativa para mejorar algunas enfermedades y contribuir en tener una mejor salud. El principio básico de este método de curación, busca balancear y regular las disfunciones del organismo, de tal forma que la aplicación de dichas sales sean usadas sin alterar las células sanas.

Asimismo,el Dr. Schüssler, dice textualmente que»pretenden sanar aquellas enfermedades que tienen como causa una distribución anómala de las sales inorgánicas en el organismo y no de la ausencia de las mismas”.  Esto es posible, gracias a que son preparadas para llevar los minerales a todas las células del cuerpo y regular los procesos químico del mismo.

Ahora bien, son doce las sales inorgánicas o minerales que utiliza Schüssler como elementos nutritivos esenciales para las células, ellas son: calcium sulfuricum, la sal de los procesos depurativos, se encuentra en el brócoli, berros, gambas, lentejas y setas; silicea, la sal del cabello, uñas y piel, la consigue en la cebada, avena, papas, remolacha y maíz; natrium sulfuricum, la sal detoxificante, se encuentra en espinacas, judías, hinojo, langostinos, pez espada, coco, entre otros.

Igualmente, el natrium phosphoricum, la sal del equilibro ácido-base, la consigue en el eneldo, huevos de gallina, remolacha, apio, sésamo; el natrium chloratum, regula el equilibrio de los fluidos corporales, la consigue en el ganso, hinojo, apio nabo, aceitunas verdes, queso de oveja; consúmala de manera natural en los anacardos, avena, arroz integral, trigo, ajo.

Por su parte el kalium sulfuricum, la sal de la inflamación crónica, podrá encontrarla en manzanas, brócoli, anacardos, berros, salmón, pistachos, trigo; igualmente, el kalium phosphoricum ayuda al equilibrio mental y estabiliza el sistema nervioso, las alcachofas, alubias, anacardos, avellanas, pollo, ajos, cebollas, ayudarán en su recuperación; kalium chloratum, la sal de las membranas mucosas, la obtendrá equilibradamente, de consumir plátanos, ganso, berros, avena, coco, tomates.

De igual forma, el ferrum phosphoricum, ayuda con las infecciones,  podrá consumirlo en levadura fresca, mejillones, setas, pistachos, espinacas; el calcium phosphoricum, la sal de huesos y dientes, consúmala en queso, yogur, suero de leche, judías verdes, moras, avellanas y, el calcium fluoratum, la sal de la elasticidad, consígala en queso suizo, sésamo, productos de soja.

Finalmente, recuerde que estas terapias alternativas no son aceptadas científicamente por la medicina tradicional, así que lo más indicado es que siempre consulte a un especialista en caso de alguna deficiencia en dichas sales minerales.

ALFA