El ácido fólico conocido también como folato, forma parte del grupo de las vitaminas del complejo B, específicamente B9 y, juega un papel de vital importancia y de gran utilidad para los seres humanos. Cuando se habla de ácido fólico suele asociarse única y exclusivamente con las mujeres embarazadas, pero resulta que este complejo vitamínico es imprescindible para cualquier persona, desde el periodo de gestación hasta la edad adulta, ya que interviene en la división de todas las células del cuerpo y en la producción de ADN y ARN, importantes en la formación de proteínas y tejidos del cuerpo.

Es además, un compuesto energético que permite la correcta formación de las proteínas estructurales y de las células sanguíneas, que fue descubierto en el año de 1930, por la doctora Lucy Wills para tratar la anemia en mujeres embarazadas que en ese momento vivían en la India.

En este sentido, se ha demostrado que tanto los hombres como las  mujeres deben consumir esta vitamina, ya que a través de un estudio realizado por el Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas, del Instituto español Carlos III, se ha indicado que su consumo puede ayudar a prevenir problemas cardiovasculares controlando la hipertensión, evita la desnutrición infantil, así como el aumento del apetito, estimulando los ácidos digestivos.

Facilita, además, la asimilación del hierro, vitamina B12 y los aminoácidos, previene enfermedades mentales como el alzhéimer o demencia senil, fortalece y ayuda en el crecimiento del cabello, contribuye en la fertilidad, etcétera.

Asimismo, puede reducir el riesgo de sufrir cáncer de colon por la función protectora que realiza con las células del cuerpo humano. Favorece considerablemente, el aparato reproductor masculino, ya que puede incrementar la cantidad de producción de los espermatozoides, es decir, tiene un efecto positivo en la  fertilidad de los caballeros.

Ahora bien, la falta de consumo de esta vitamina, puede producir algunos trastornos, tales como: pérdida del apetito y peso, anemia, taquicardias, diarreas, dolor de cabeza, irritabilidad, depresión, problemas renales graves, afecciones hepáticas y retardo en el crecimiento de los niños.

Indudablemente la deficiencia de esta vitamina en el cuerpo, puede estar relacionada a una mala alimentación, sin embargo existen otros factores que impiden su absorción adecuada como es el caso de algunos padecimientos crónicos, como la enfermedad de Crohn,  la enfermedad Celíaca, los problemas renales y por último, pero no menos importante, el consumo excesivo de alcohol.

Usted se preguntará cómo puede mantener los niveles de ácido fólico en el cuerpo, y sin duda alguna es a través de una buena alimentación, con una dieta balanceada rica en vegetales verdes como la lechuga romana, las espinacas, la col silvestre, el nabo. Consumiendo verduras tales como brócoli, aguacate, coliflor, remolacha, apio, zanahoria, espárragos, calabaza, papas, tomate, vainita, repollo.

Deberá incorporar semillas y nueces como el girasol, almendras, maní tostado, Granos como las lentejas, arvejas, maíz, guisantes, arroz. Frutas naranja, toronja, fresa. Carnes e hígado de pollo y de res, avena, pan, pasta, germen de trigo, entre otros.

 

ALFA