Entre los destinos más exóticos para viajar, la capital de Nepal, Katmandú, sin duda alguna está entre los mejores; cuenta con impresionantes atractivos perfectos para aquellos aventureros que se animan a llegar al corazón de Asia y subir hacia los rocosos y fríos picos del Himalaya, así como con hermosos templos, ideales para los amantes de la espiritualidad.

Todo un atractivo por su cultura e historia milenaria, Katmandú se halla a una altitud de 1.500 metros sobre el nivel del mar y atravesado por el río Bagmati y sus afluentes, dando como resultado una ciudad no muy grande en estándar asiático, pero que definitivamente tiene un nutrido repertorio cultural, artístico e histórico que ofrecer entre sus plazas, templos, callejuelas y monumentos.

La Plaza Durbar de Katmandú sin duda debe ser una parada en esta ciudad, pues se sitúa frente al imponente palacio real de Katmandú, “Hanuman Dhoka”, el cual fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es actualmente una de las mayores atracciones de la ciudad, extendiéndose sobre cinco hectáreas en un complejo de edificios que hacen gala de una exquisita arquitectura  tradicional nepalí.

El famoso “Monkey Temple” o Swayambhu, es otro sitio bastante visitado, pues los turistas y lugareños suben los 365 escalones hasta este sitio sagrado al oeste de la capital de Nepal, donde se encuentra un viejo complejo religioso muy importante para los budistas del país y que está ocupado por muchos monos  considerados sagrados, dándole su nombre.

El barrio de Thammel es un importante centro de actividad económica que debe visitar todo turista de Katmandú, pues hallará toda clase de prendas, artesanías, suvenires y demás productos de la región a lo largo de sus locales, en esta zona reconocida como el centro de la industria del turismo en la ciudad durante más de 40 años, y el sitio ideal para mochileros de bajo presupuesto que se aventuran en estas alturas.

Sus estrechas callejuelas son un laberinto lleno de olores de especias y colores vivos resaltando entre sus verduras y frutas entre los negocios. La gastronomía del lugar sin duda alguna es capturada por los restaurantes de Thammel, por lo que platos típicos de Nepal, como el “Dal Bath”, los “Momos” y “Rotis” se encuentran al alcance de cualquier turista que quiera asombrar al paladar con la variada comida tradicional de Katmandú.

Sin duda el Barrio de Patan cuenta como otra parada de Katmandú, una zona muy rica culturalmente por su arquitectura, resaltando por su “Dubar Square”, ese tipo de plazas o áreas frente a los palacios reales en Nepal; siendo el del barrio Patan el más atractivo de los tres en el valle de Katmandú y del país para los viajeros que lo han visitado.

Por todos estos motivos, es que debe considerar a la ancestral ciudad de Katmandú como un asombroso destino exótico en el corazón de Asia que visitar, pues sus templos y palacios son legados culturales con un seductor atractivo para los amantes de la amplia cultura que esconde el Himalaya.

ALFA