La constelación de Piscis, es la décima segunda constelación del zodíaco, regida por el planeta Neptuno, en algunas oportunidades es muy difícil de conseguir pues las estrellas de la constelación de piscis son muy débiles por eso la dotan de bondad, espiritualidad, misticismo y sensibilidad, simboliza al individuo que quiere ir más allá de las limitaciones humanas.

Los romanos crearon la idea de la diosa pez en el mito de Venus y su hijo Cupido, conocidos en la mitología griega como Afrodita y Eros, esas figuras fueron sorprendidas por el monstruo Tifón, pero Venus consciente que podrían escapar por el agua, cogió a su hijo y se sumergió y así ambos se transformaron en peces; para asegurarse de que no se perderían, se ataron con una cuerda y por eso vemos en el cielo a madre e hijo, unidos por una cuerda; es sorprendente como la versión de Cayo Julio Higino coincide exactamente con esa idea; en el conocimiento cristiano, Piscis ha sido identificado con Cristo. astroyciencia.com

La mitología cuenta que el astrónomo griego Eratóstenes quien nació en el año 276 a. C., decía que el origen del simbolismo del pez está en un pez muy grande que salvó a Derceto, diosa asiria mitad pez y mitad mujer cuando se cayó en una laguna.

La figura que identifica hoy en día a esta constelación, es de dos peces atados por sus colas con una cuerda, uno de ellos apunta hacia el oriente y nada en dirección vertical, pero su compañero está orientado hacia el occidente y situado a pocos grados  sobre el ecuador, más o menos paralelo a éste; un anillo de cinco estrellas, que algunas veces ha recibido el nombre de La Rueda, se consigue inmediatamente al sur del Gran Cuadrado de Pegaso y en el sureste de la luminosa estrella Markab.

La cabeza del pez, que va nadando hacia el norte pareciera que estuviera a punto de chocar con Andrómeda y es fácil localizarla exactamente al sur de la estrella Mirach, se puede observar la cuerda que viene marcada por la estrella Alrischa y que ata a ambos peces en el extremo oriental de esta constelación.

Los griegos y los romanos relacionaron a Piscis con la diosa del amor, igual fue con los orígenes del cristianismo donde el pez se convierte en el símbolo de Cristo, de hecho, algunas pinturas esotéricas  señalan a una mujer amamantando peces y se especula que la primera imagen alegórica de Cristo fue un delfín.

Los delfines representan otra de las versiones que trata de explicar el origen de la constelación de Piscis, esa leyenda dice que llevaron a Anfítrite a la casa de Poseidón para que se casara con él, a pesar del rechazo inicial, la felicidad posterior, hizo que Anfítitre les rindiera tributo colocando los dos peces entre las constelaciones.

Hebreos, caldeos e incluso egipcios no escapan a las distintas teorías que dotan de misticismo a esta constelación; la continuación de los trabajos agrícolas después del diluvio universal y la duplicidad del ser humano de cuerpo y alma, completan las muchas reflexiones y leyendas sobre este signo zodiacal.

ALFA