La moda del Chatelaine va de la mano con los mejores recuerdos de la joyería. El Chatelaine puede ser calificado como el ancestro del ‘Body chain’, al ser un cinturón decorativo con cadenas suspendidas en su largo y que se une mediante un gancho. Sobre cada cadena suele montarse una serie de artículos decorativos que van desde relojes, llaves, sellos, e incluso, pequeñas tijeras. Si quiere llamar la atención con una joya llamativa y vintage, el Chatelaine será su nuevo mejor amigo.

La historia más conocida del ‘Chatelaine’ inicia en 1860 y finaliza junto al siglo XIX. Este cinturón – cordón – cadena fue muy popular en esta época. El ‘Chatelaine’ causó furor entre las amas de casa del siglo 19, y también, para los adinerados caballeros que usaban las cadenas del ‘Chatelaine’ para colgar sus relojes mecánicos.

La palabras ‘Chatelaine’ proviene del francés ‘Châtelaine’, el cual es un término ordinario para referirse a un dispositivo con herramientas necesarias que usaban las amas de casa. Pero, la historia completa del ‘Chatelaine’ se remonta a muchos más siglos atrás.

Fue en la Antigua Roma que las mujeres usaban en su cabeza cadenas de ‘Chatelaine’ para colgar toda clase de objetos, tales como cucharones de oreja, limpiadores de uñas y pinzas. Luego, en Gran Bretaña, las chicas solían colgar de los broches de ‘Chatelaine’ sus tocadores, ayudándoles siempre a estar de punta en blanco.

De una herramienta utilitaria y ordinaria, el ‘Chatelaine’ tuvo a finales del siglo 19 sus primeros momentos como apreciada joya. Las damas de la época comenzaron a cambiar los limpiadores de uñas y demás herramientas por bordados, perfumes, gemas e incluso, veneno.

Las primeras muestras preciosas de ‘Chatelaine’ fueron hechas en plata, bronce, cobre, sin olvidar, la debida decoración con piedras preciosas. Una muestra bastante alejada de los metales simples con que vieron luz los primeros y más rústicos ‘Chatelaine’.

El ‘Chatelaine’ se divide en dos tipos. El más popular toma como punto central llevar un medallón en el extremo donde se coloca el gancho de metal con el que se adhiere al cinturón. Por otro lado, el ‘Chatelaine’ americano se caracteriza por un broche alargado con un pin pequeño en la parte posterior.

El furor de los relojes mecánicos fue imprescindible para el uso igualitario del ‘Chatelaine’. Muchos caballeros de la época no perdían la grandiosa utilidad de las cadenas a la cintura para decorar sus útiles joyas. Incluso, algunos adquirían un toque de personalidad con pequeños medallones en forma de gota, que dentro guardaban fotos familiares.

Las versiones más actualizadas de ‘Chatelaine’ se mantienen como joyas antiguas de increíble hermosura. Incluso, su preservación, el trabajo orfebre y su valor histórico ha llevado a algunos ‘Chatelaine’ a merecer estar resguardados en varios museos alrededor del mundo. Sin duda alguna, el legado del ‘Chatelaine’ representa todo un baluarte para el uso utilitario de las joyas, más allá de ser una efímera moda. Tendencias en Joyería. (18 de febrero de 2017)

ALFA