La somnifobia: La somnifobia es el miedo crónico e irracional al quedarse dormido, se está extendiendo cada vez más en las sociedades modernas. A veces también se confunde con el insomnio. Pero esta confusión solo dificulta el diagnóstico y la posibilidad de una recuperación completa. Evitar dormir puede conducir a trastornos graves, como una inmunidad severamente reducida, obesidad, neurosis e incluso depresión.

Traumas y pesadillas

Somnifobia o hipnofobia es un miedo acompañado de pánico severo antes de quedarse dormido y soñar. Es una enfermedad de larga duración y debilitante que está aumentando rápidamente en la sociedad moderna. No es sorprendente que tenga un impacto muy negativo en el buen funcionamiento del cuerpo contribuyendo así al desarrollo de nuevas enfermedades.

¿cuál es el origen de la somnifobia?

Desafortunadamente, su desarrollo puede verse influenciado por muchos factores dependientes, que a menudo desconocemos. Suele ocurrir como resultado del estrés postraumático, pero también puede desarrollarse en personas que han experimentado una situación traumática en la infancia. Quedarse dormido puede asociarse con una sensación de miedo como resultado de experiencias traumáticas. Estos pueden ser realmente mortales, como un accidente automovilístico que ocurrió durante el sueño, o inspiradores de miedo. Como despertarse en una habitación oscura en ausencia de los padres. Estas fobias (incluida la somnifobia) pueden ser inducidas. En los niños, pueden desarrollarse bajo la influencia de historias sugerentes, imágenes o ansiedad observadas en los cuidadores (cuando tienen problemas para conciliar el sueño).

Otra razón son las pesadillas recurrentes y la parálisis del sueño asociada, es decir, congelación repentina del cuerpo e incapacidad para moverse, combinada con una sensación de dificultad para respirar. Esta condición es fisiológica durante el sueño. Evita la actividad accidental, peligrosa en ausencia de control consciente del cuerpo. Ocurre cuando las ondas cerebrales no están completamente «cambiadas» a soñar cuando se duerme o se despierta. Tal experiencia puede causar un miedo paralizante de quedarse dormido. Los sueños desagradables, incluida una sensación de amenaza o sonambulismo, también pueden ser la causa. La somnifobia, como el insomnio, puede ser causada o exacerbada por el estrés crónico. A menudo acompaña a trastornos afectivos (por ejemplo, depresión) y trastorno de ansiedad generalizada (neurosis).

La somnifobia: Síntomas

En medio de todo el estrés que supone no dormir, los somnifóbicos muestran los siguientes signos:

  • Respiran de forma entrecortada
  • Sudan constantemente
  • Les falta el aire o hiperventila
  • Su sistema inmunológico es débil
  • Suelen experimentar cambios de humor repentinos
  • Están excesivamente cansados durante el día
  • Tienen dificultad para estar concentrados y atentos
  • Los niveles de ansiedad y pánico están en altos niveles por lo general
  • Los que logran dormirse se levantan exaltados varias veces durante la noche.
  • Dolor de cabeza y náuseas
  • Tensión muscular

Descansar sin miedo

  • El insomnio no controlado bajo estado de ansiedad es un peligro vital para el paciente. Por lo que es imprescindible que se someta de forma oportuna a una evaluación médica que permita encontrar el origen de la fobia.
  • Desde el punto de vista psicológico las raíces del miedo están en los patrones de pensamiento. Así que este será el foco de atención para combatir la fobia a dormir si así lo determina el diagnóstico particular de cada paciente.
  • Es importante aclarar que el insomnio como tal puede ser tanto la causa  como la consecuencia de esta fobia.

La somnifobia: Terapia

Cuando quienes padecen somnifobia van al psicólogo para recibir atención profesional. Las técnicas y estrategias utilizadas en terapia varían en función de las características y de las necesidades de cada paciente. Sin embargo, hay varios recursos terapéuticos que se utilizan con más frecuencia que otros.

Una de las terepias más eficaces para tratar esta y otras muchas fobias, tanto en adultos como en los más jóvenes. Y sabemos por experiencia que la intervención psicológica se muestra muy eficaz ante esta clase de trastornos.

Uno de estos recursos es la exposición sistemática. En la que el psicólogo plantea una situación vinculada al estímulo fóbico y crea un contexto en el que el paciente pueda enfrentarse a esa fuente de ansiedad en un entorno seguro y donde todo está controlado. Para ello en ocasiones se trabaja planteando ejercicios de imaginación. A veces se buscan contextos más reales. E incluso han empezado a desarrollarse formas de terapia contra las fobias usando sistemas de Realidad Virtual.

Además, el profesional ajusta constantemente el nivel de dificultad de estos retos para que el paciente pueda ir progresando hasta llegar a un punto en el que los síntomas se han reducido tanto que apenas suponen un problema.

Otra forma en la que se combate la somnifobia en psicoterapia es utilizando el entrenamiento en ejercicios de relajación. Que ayudan a no dejar que la ansiedad lleve al paciente a perder el control sobre sus acciones. Normalmente estos ejercicios se basan en la respiración y en la toma de consciencia de cómo se experimentan los momentos de relajación, para no centrar la atención en aquello que produce malestar. El objetivo es asociar las situaciones de malestar por somnifobia a los momentos en los que la ansiedad se va reduciendo gracias a las técnicas de relajación.

La reestructuración cognitiva es otra técnica terapéutica que resulta especialmente útil en los casos en el que hay ideas irracionales que alimentan la intensidad de la fobia. Por ejemplo, si alguien tiende a creer que existe el riesgo de que el corazón se pare durante el sueño. O si le teme a la parálisis del sueño. En terapia se pueden crear situaciones en las que el paciente se cuestione estas ideas, parándose a pensar acerca de hasta qué punto se ajustan a la realidad y son un riesgo que justifique ese estado de alerta constante.

La creación de rutinas y autoinstrucciones negociadas entre el paciente y el psicoterapeuta también ayuda mucho. El simple hecho de organizar mejor el tiempo también ayuda a mitigar el poder que la somnifobia tiene en uno mismo. De esta manera se evitan situaciones en las que el paciente posterga constantemente el momento de irse a la cama (lo cual genera una tensión y una anticipación del peligro que refuerza el miedo a dormir).

ALFA