Los vínculos afectivos se construyen a partir de generar apego y buenos sentimientos hacia los demás. Sentirse seguro, es uno de los sentimientos más significativos que puede sentir el ser humano. Al mismo tiempo, fortalece y equilibra a cualquier individuo, proporcionándole  armonía en su entorno.

Crear un vínculo de amor, a través de la alimentación, es algo extraordinario. Sin embargo, es más increíble proporcionar defensas para el organismo.  ¡La lactancia materna, es capaz de hacer ambas cosas!

Al hablar de la relación vincular que se establece a través de la lactancia, no se pretende establecer comparaciones, ni decir qué es mejor o peor, ni mucho menos, crear culpas en aquellas madres que por diversas razones no pudieron amamantar a su bebé; simplemente se trata de referirse a las características positivas que conlleva el amamantamiento.

La relación amorosa que se da con el amamantamiento es muy gratificante, tanto para el bebé, como para la madre. El bebé estimula a su mamá, despertando en ella sentimientos y respuestas insospechadas; así también ocurre con la estimulación sensorial, afectiva, y psicomotriz, que la madre provee al niño cuando lo amamanta. Por otra parte, la experiencia amorosa implícita es tan gratificante, que la madre modifica sin mayor esfuerzo su necesidad de tiempo personal, para dar un lugar especial a las necesidades del hijo, ya que ella se siente glorificada al poder satisfacerlo.

La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo, no sólo por los múltiples beneficios que aporta, sino también por la creación del vínculo afectivo que se produce entre el recién nacido y la madre, considerado como una experiencia única e inolvidable

Asimismo, numerosos estudios clínicos, han comprobado que la leche humana es el único alimento que provee enzimas para ser digerido, y que además, posee actividad inhibitoria para las mismas. Tal es el caso de la lipasa, dependiente de las sales biliares, importante por el alto grado de absorción de grasas que realiza el neonato (Lawrence, 1994). Asimismo, se ha demostrado que la lactancia prolongada también tiene grandes beneficios para la salud de la madre lactante.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) coincide con organizaciones como la Asociación Médica Americana (AMA), la Asociación Dietética Americana (ADA), y la Organización Mundial de la Salud (OMS); al recomendar la lactancia materna como mejor opción para alimentar a un bebé. La lactancia materna contribuye a la defensa contra las infecciones, a prevenir alergias y a proteger contra diversas afecciones crónicas.

Es posible que usted ni siquiera sospeche lo que está sucediendo al momento de amamantar a su hijo, hasta que observe la primera sonrisa de su bebé, y de pronto note una sensación de amor y alegría. Esto significa que su hijo ya está listo para establecer fuertes vínculos afectivos, los cuales se constituirán en la base emocional que requerirá  para sus relaciones futuras.

Mejorar la calidad de las interacciones con su hijo,  a través de la lactancia, es una tarea estupenda. ¡Amamante a su niño! ¡Disfrute de ese placentero momento, y deje huellas en la vida de su hijo!

ALFA

5 comentarios de “LACTANCIA PLACENTERA

  1. ELIZA CARABALLO dice:

    El vínculo que se mantiene en ese momento no tiene nombre. Es lo más bello que he experimentado. Gracias por el artículo

  2. ARGELIS AGUILERA dice:

    ¡Gracias por este artículo! Es muy bueno que hagan este tipo de publicaciones, así muchas mujeres se educan con respeto a la lactancia

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