Cuando se trata de guardar sus prendas, buscará las perlas para su joyero, que generalmente tienen forma circular, siendo la única joya que se desarrolla dentro de un organismo vivo; se crea cuando algún elemento que puede ser un grano de arena, se introduce dentro de las ostras y el nácar que produce lo va cubriendo poco a poco hasta lograr que se desarrolle una perla. las_perlas_joya_life_1 Las australianas son las más cotizadas del mundo, su precio se mantiene en alza,  dependiendo de su iluminación y delicadeza; su cultivo cambia de acuerdo al molusco donde crezca, pero el tiempo varía entre 3 y 9 años, es un tipo de perla que se cultiva en las aguas saladas del norte de Australia, en Indonesia y Filipinas, donde su color varía del blanco al negro. La Tahití se cría en las aguas moderadas de la Polinesia francesa, puede ser de variados colores como gris, verde, naranja, dorada, azul y hasta negra que son las más espectaculares y únicas, con un brillo sumamente intenso, su tiempo de cultivo es sólo de dos a tres años.

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Las freshwater, o de agua dulce, son criadas en algunos ríos y lagos de China donde por supuesto, su producción es muy superior a cualquier otro sitio donde se cultiven; tarda entre seis meses y cuatro años su recolección; la gran cantidad de cultivos hace que en esta parte del mundo su precio sea inferior, pero por ese mismo motivo, existen formas variadas.

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Las mabe son las que en joyería llaman perlas japonesas, sobre todo señoras mayores que poseen algún pendiente de esta variedad,  si lo desprendieran de su base observarían que tienen un lado plano, se debe a que la perla se cría en la parte exterior del molusco, por eso en las joyerías las utilizan mayormente para los zarcillos para así ocultar su forma.

En un restaurante de mariscos en Estados Unidos, una clienta pidió una orden de ostras y cuando le abrieron la primera, para asombro de todos los presentes, dentro de ella habían 26 perlas; la señora le dio como obsequio dos de ellas a la chica que la estaba atendiendo y el resto se lo arreglaron para llevar.

En su estado absolutamente natural es muy difícil que se produzca una perla ya que los seres humanos tienen la costumbre de recogerlas cuando apenas comienzan a crecer en los manglares, por eso los japoneses comenzaron a  cultivarlas insertando un núcleo en el tejido del molusco o de la ostra y luego la devuelven al mar para que se desarrolle de forma natural; esta técnica  también se aplica en agua dulce. No deseche la idea de poseer esta hermosa creación de la naturaleza o inclusive una que haya sido cultivada por el hombre, recuerde que en ambos casos ha crecido en el interior de un ser vivo que para entregarla sacrificó su vida; no crea lo que decían antiguamente las abuelas, que quien recibía perlas las cambiaba por lágrimas porque si no es de emoción, no hay motivo para derramarlas.

ALFA