Todos en algún momento de nuestras vidas, hemos vivido una experiencia en la que nos parece haber tenido una visión de lo que va a suceder, justo en el instante que estamos viviendo. Por ejemplo: podemos estar hablando con algún extraño y creemos que ya lo conocemos; o tal vez visitamos por primera vez algún lugar, y de pronto tenemos la sensación de haber estado allí anteriormente.

Pues bien, estas experiencias se repiten a diario en todo el mundo, y aunque muchos le damos poca trascendencia, en algunas personas esta sensación conocida como “déjà vu”, provoca cierto grado de miedo, e incluso desconcierto, debido a muchas preconcepciones que se tienen sobre la clarividencia y la posibilidad de que ocurra algún hecho no deseado. No obstante, hay que preguntarse lo siguiente: ¿son premoniciones? o ¿hay alguna explicación científica para esto?

Para encontrar las respuestas, conviene entender el significado de la palabra “déjà vu”, esta proviene del idioma francés y significa “ya visto”; y según la experiencia que hayamos vivido, se puede clasificar en tres tipos de “déjà vu”: “déjà vècu” o ya vivido, “déjà sentí” o ya sentido, y “déjà visité” que significa ya visitado.

Basados en estos conceptos, muchos estudiosos de la metafísica han intentado explicar este fenómeno como un acto premonitorio, o como la capacidad de predecir el futuro, defendiendo la creencia de que esta sensación se debe a la reencarnación del alma en una segunda vida, donde el individuo no recuerda su vida anterior, pero si algunos fragmentos de ella como ocurre con los “déjà vu”.

No obstante, esta teoría de la reencarnación y los poderes especiales, solo forma parte de la creencia popular, ya que los científicos han demostrado, a través de sus estudios, que los “déjà vu” son alteraciones de la percepción, provocadas por un retraso en la interpretación que hace nuestro cerebro de los eventos que estamos viviendo, generando con esto una mezcla de escenas nuevas, con escenas previamente experimentadas o almacenadas en nuestro cerebro.

Asimismo, los científicos determinaron que las personas con más predisposición a padecer los “déjà vu”, son: personas que han pasado por situaciones de estrés o fatiga, personas de altos niveles intelectuales, y jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 25 años; pero estos episodios tienden a desaparecer a medida que nos hacemos mayores. En este sentido, es importante que luchemos en todo momento contra el estrés, ya que es el principal causante de los “déjà vu”.

Si bien podemos creer que el déjà vu es un acto de precognición, lo cierto es que tenemos que tomarlo como lo que es, no un tipo de clarividencia, sino una anomalía neurológica de nuestro cerebro, que ocurre por la superposición de los recuerdos a corto y mediano plazo, lo que hace que el cerebro mezcle ambos en una experiencia nueva, generando una percepción errónea de un evento que apenas estamos viviendo. Por ello, tenga en cuenta esto la próxima vez que le ocurra y no se deje engañar por su cerebro.

ALFA