Los gestos, como las posturas, movimientos del cuerpo y rostro son parte del lenguaje corporal y es una forma de comunicación no verbal, que puede transmitir información sobre las emociones, pensamientos y  características de la personalidad del emisor. De tal manera que poner atención a dichas expresiones inconscientes será una forma de conocer más a quienes nos rodean.

Aunque sea importante la influencia del lenguaje del cuerpo en las relaciones y habilidades sociales, además de ser un excelente espejo de las emociones reales de los interlocutores, debe mantenerse presente que el idioma del cuerpo no debe ser tomado como una verdad absoluta, ya que existen factores ambientales que pueden influir sobre él. Por eso la clave está en observar los conjuntos de signos congruentes entre sí y descartar posibles causas externas como temperatura, ruido, cansancio, entre otros.

Cuando varios gestos parecidos o de igual significado se observan en alguien, permiten reconocer su carácter con suficiente exactitud, por eso y de forma general la angustia y ansiedad se pueden interpretar cuando una persona aprieta recurrentemente las manos, abre y cierra los puños, se tapa la cara, se hala las cejas, se toca a menudo el cabello y mantiene una mirada medio pérdida. Por su parte, el miedo y el complejo de inferioridad lo marcan gestos como retorcerse las manos, tocarse la nariz, cubrirse parte de la cara con las manos y golpetear los muebles con los dedos.

 Igualmente, expresiones como: taparse la boca significa un intento de ocultar algo mientras se habla o pensar que quien le habla puede ser quien oculte; taparse las orejas es el deseo inconsciente de bloquear las palabras que se oyen; rascarse el cuello es señal de incertidumbre o duda con lo que se dice. Asimismo, los gestos como apoyar la cara sobre las manos demuestra atracción por la otra persona o levantar las cejas es un saludo social y muestra de agrado; por su parte mirar hacia los lados recurrentemente expresa que se busca un escape ante el aburrimiento y una sonrisa tensa de labios apretados, denota rechazo y disgusto.

Asimismo, los gestos con brazos, manos y piernas dan también una guía expresa de lo que queremos inconscientemente decir en ciertas situaciones; por ejemplo, cruzar los brazos muestra desacuerdo y rechazo; unir las manos detrás de la espalda es muestra de confianza y ausencia de miedo. Llevarse las manos a la cadera es una sutil actitud llena de agresividad y presencia física.

Así también, entrelazar los dedos de ambas manos, denota ansiedad, una actitud negativa o reprimida. Con respecto a los movimientos de las piernas, es posible que si alguien se sienta con ellas separadas es una actitud masculina que muestra dominio y territorialidad.

Finalmente, habrá cantidad de expresiones y gestos que demarcan características de la personalidad, pero siempre será necesario interpretar cautelosamente y de manera grupal la cantidad de gestos y las situaciones para que el análisis del interlocutor sea lo más certero posible.

ALFA