Existen peligrosos riesgos del sedentarismo que debemos conocer, pues actualmente esto afecta a millones de personas alrededor del mundo, y es que cuando se practica alguna actividad física, la sangre puede fluir adecuadamente por los vasos sanguíneos, pero cuando se mantiene al cuerpo inmóvil, demasiado tiempo sentados o sin movilizarse, hablamos de que las personas ya son sedentarias; y en ellas se manifiesta una disminución del ritmo de flujo sanguíneo.

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Por lo tanto, la inactividad física conlleva a riesgos latentes, dentro de los cuales se encuentran el sobrepeso y en casos extremos, la obesidad, y con ello se van manifestando enfermedades como la diabetes, la hipertensión, y el colesterol en sangre; incluso, a nivel psicológico y emocional, se presentan muchos casos de depresión, que puede complicar aún más el panorama.

Así que, tenga presente los riesgos del sedentarismo, analice su situación y tome en cuenta que si está quemando menos calorías, esto significa que tiene muchas más probabilidades de aumentar de peso, perder masa muscular y resistencia, debido a que no está usando con frecuencia sus músculos. Asimismo, los huesos llegan a debilitarse y disminuye el contenido mineral que poseen.

Yendo mucho más allá, el sedentarismo afecta también a su metabolismo; haciendo que al organismo tenga más dificultades para sintetizar grasas y azúcares; que deben ser procesadas; generando muy probablemente que el sistema inmunológico no funcione correctamente.

Otro de los riesgos latentes del sedentarismo, es que se tiende a padecer de mala circulación de la sangre; lo que acarrea consecuencias a su estado de salud, al observarse agotamiento, pesadez al caminar, enrojecimiento de áreas del cuerpo, sobre todo en las piernas y pies. El cuerpo podría presentar inflamaciones y desarrollar desequilibrio hormonal, que incide de manera determinante sobre la salud integral de los individuos.

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Entonces, es evidente que los riesgos del sedentarismo son muchos, y sus efectos se observan en personas de todas las edades, con estilos de vida inactivos, que por lo general les causan múltiples enfermedades crónicas; aumentando el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2, osteoporosis, fracturas, colesterol alto, síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer, como el de colon, útero y senos.

Debemos destacar, que la inactividad física o sedentarismo, es el cuarto factor de riesgo de muerte más importante a nivel mundial, después de la hipertensión arterial y el tabaquismo, así como también la diabetes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sedentarismo es la causa del 6% de las muertes a escala mundial; ya que 3,2 millones de personas mueren cada año por ser sedentarios. Además, la Agencia de las Naciones Unidas, afirma que las personas sedentarias tienen entre un 20 y un 30% más de probabilidades de morir en edad temprana que las que realizan actividades físicas o se mantienen activas.

Según esta última organización, la inactividad física puede estar ocasionando hasta el 25% de cánceres de mama y de colon, así como el 27% de los casos de diabetes y el 30% de las cardiopatías isquémicas, lo que debería hacernos reflexionar acerca de la importancia de mantenernos activos físicamente, para mantener nuestra salud mental y emocional.

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Lo más grave del asunto es que el sedentarismo a nivel mundial está aumentando, de una manera impresionante; y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca del 60% de la población mundial se encuentra inactiva físicamente; activando a los tres principales enemigos de la salud cardiovascular, que son la diabetes, la hipertensión y colesterol alto.

El sobrepeso es uno de los riesgos del sedentarismo, que tiene consecuencias muy negativas en el organismo; ya que trae consigo enfermedades cardiovasculares como cardiopatía y accidente cerebrovascular (ictus), así como diabetes, osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones y algunos tipos de cáncer. Esta condición se presenta por el desequilibrio que se produce, entre la cantidad de calorías que se ingieren y las que se gastan; por lo que la actividad física es determinante para lograr un estado de salud adecuado.

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Por otra parte, el sedentarismo puede ocasionar hipertensión, que puede traer como consecuencia una insuficiencia coronaria, trombosis, arteriosclerosis, angina de pecho, arritmias, e inclusive podría ocasionar un ensanchamiento de la arteria aorta, provocando las aneurismas, o peor aún, puede causar su rotura, lo que inevitablemente provoca la muerte.

Es importante también, tener en cuenta que el nivel de colesterol elevado en sangre, o hipercolesterolemia, es otro de los riesgos del sedentarismo, que ponen peligro la vida, considerando que una persona con un nivel de colesterol superior a 240 mg/dl tiene el doble de probabilidades de sufrir un infarto que aquellas que bajan de 200 mg/dl; lo cual puede lograrse manteniéndose activo.

El riesgo de padecer diabetes es alto, si se es una persona sedentaria, y ésta podría provocar una cardiopatía o un ictus; que es un problema grave, si tomamos en cuenta que el 50% de las personas diabéticas mueren a causa de alguna enfermedad cardiovascular. Además, de muchas afecciones conocidas que son provocadas por la diabetes, tales como: insuficiencia renal, ceguera, úlceras en los pies y dificultad para sanar heridas, etcétera.

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Por si fuera poco, los riesgos del sedentarismo llegan a nuestro plano emocional, y es que una investigación de la Universidad de Qingdao en China; basada en 24 estudios realizados en 4 continentes, concluyo que las personas sedentarias tienen un 25% más de probabilidades de sufrir depresión que las personas activas, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que los adultos mayores de 18 años realicen unos 150 minutos semanales de actividad moderada, como mínimo, mientras que los niños y adolescentes deben hacer 60 minutos diarios de actividad moderada o intensa.

Ahora que conocemos, los peligrosos riesgos del sedentarismo conviene entonces preguntar ¿Cuan dispuestos estamos a ponernos en movimiento?

ALFA