El convertir cada meta trazada en una meta cumplida resulta ser la tarea más sencilla que cualquiera puede realizar, a diferencia de lo que comúnmente se cree. Con disciplina y los siguientes pasos de un experto en psicología, a partir de hoy, usted podrá dibujar un enorme ‘check’ en esa lista de propósitos que no ha vuelto a ver desde fin de año.

El psicólogo, Alberto Soler Sarrió, publica en su página web, AlbertoSoler.es, que para cumplir una meta trazada lo único que se deben seguir son los siguientes sencillos 9 pasos. El primero es ser concreto y realista. “Un gran enemigo de las metas es fantasear en exceso; trate de centrar sus esfuerzos y energías en concretar los pasos necesarios para lograr una meta, identificar obstáculos, más que en fantasear acerca de su consecución.”

El segundo paso es el compromiso. Entre los errores más comunes que se encuentran en las metas trazadas y no cumplidas está la falta de compromiso y motivación de parte de la persona. Esto nace por el temor de sentirse fracasado una vez se ha hecho público la idea de lograr “X” objetivo, pero el temor es solo eso, temor, pues al comprometerse con la meta trazada, usted estará dando todo de sí para hacerla realidad.

El tercer paso es fijar atención en el proceso en lugar del resultado. “Visualizar el proceso de alcanzar la meta ayuda a focalizar la atención en los pasos necesarios para lograrla y a reducir la ansiedad”. El cuarto paso: evitar dar un paso en falso, pues ello desembocará en un bajo esfuerzo por lograr la meta trazada.

Como quinto paso, un mal común: la procrastinación. Ver la meta trazada como algo difícil de lograr o que simplemente no merece la pena es el inicio de la postergación de las pequeñas tareas que dirigirán hacia el éxito de la meta. El remedio eficaz para ello es auto imponerse una agenda de fechas límites y tareas claras lo cual ayudará a evitar dicha postergación o procrastinación.

De sexto lugar queda valorar el proceso. “Si la tarea que realiza es compleja, es mejor centrarse en las tareas concretas; si la tarea es sencilla, entonces es mejor centrarnos en las metas finales.” Como séptimo paso debe evitar la automatización de las tareas que conllevan a la meta trazada pues si aplica ciertas conductas de manera “robot”, sin meditar en el verdadero efecto dentro de su plan de propósitos, con el tiempo dicha conducta se convertirá en un obstáculo.

Tomarse un descanso está permitido debido a que otro recurrente problema entre quienes dejan a un lado sus metas es no saber cuándo parar, desembocando en frustración, nada adecuada para un plan de metas. Y por último, “establezca estrategias del tipo “Si X, entonces Y”. Tales estrategias consisten simplemente en tratar de anticipar qué es lo que haremos en determinadas situaciones en función de lo que pueda ocurrir, más allá de la mera improvisación”.

ALFA