En el mundo existen obras arquitectónicas que tienen la capacidad de dejarnos impresionados, y que son referentes de las ciudades y países en donde se encuentran. Así mismo, la mayoría de estas obras ofrecen una historia fascinante sobre la razón y modo de construcción, mientras que otras continúan siendo un enigma, tal y como sucede con el misterio de las pirámides de Egipto.
El misterio de las pirámides de Egipto ha sido la base de investigaciones de arqueólogos y científicos durante siglos, quienes sin mucho éxito han buscado explicar cómo en una época con recursos limitados, en comparación con la actualidad, se construyeron los monumentos más grandes y precisos del mundo antiguo.
Las famosas pirámides de Egipto construidas como el sitio del descanso eterno de los faraones, se encuentran en la meseta de Giza, en donde hay tres principales: Keops, Kefrén y Micerinos. La más famosa, gracias a su precisión y tamaño de 140 metros de altura y 230 metros de base es la pirámide de Keops, también conocida como la Gran Pirámide de Giza.
Los misterios que hay en torno a su construcción se relacionan con la tecnología utilizada en ellas. Una de las teorías que hasta ahora presenta menos lagunas es la formulada por los expertos de la Fundación para la Investigación Fundamental sobre la Materia (FOM) y de la Universidad de Amsterdam, quienes concluyeron que los egipcios se valieron de trineos de madera para trasladar cada piedra, a través de caminos humedecidos manualmente en el desierto.
Según el experimento, la humedad de la arena reduce la fuerza que se necesita para desplazar objetos tan pesados. Para medir la fuerza, los científicos utilizaron un reómetro, un instrumento de laboratorio que indica cómo fluye un líquido bajo la acción de fuerzas externas. En este sentido, el trineo se desliza con más facilidad sobre la arena firme ya que esta no se acumula por delante como lo hace la arena seca. Sin embargo y aunque la teoría ha despejado un poco el misterio, aún hay incógnitas sobre cómo se construyeron en forma perfecta o cómo se dispusieron los materiales para resistir durante tantos años.
Por otra parte, y como si el halo misterioso que envuelve a las pirámides no fuera suficiente, sobre ella también pesan maldiciones que han servido para ser prevenidos a la hora de visitar la meseta de Giza. La maldición más conocida en todo el mundo, la protagonizó Howard Carter, quien junto a otras 35 personas descubrió la tumba de Tutankamón en 1923. La aventura terminó trágicamente, cuando cinco años más tarde todos los miembros de la expedición murieron en condiciones inexplicables, y es que al parecer, en todos ellos se cumplió la inscripción de la tumba de Tutankamón que profetizaba: “La muerte golpeará a quien perturbe el sueño del Faraón.”
Las pirámides de Egipto son una de las construcciones referentes del mundo antiguo y no tienen que envidiar a las del mundo moderno. Pese a las investigaciones sobre su origen, el misterio es la única excusa posible ante la falta de explicaciones convincentes sobre una obra tan excepcional.
ALFA