Los mitos del sueño son muchos y existen desde épocas inmemoriales en diferentes culturas. Asimismo, a medida que crecemos vamos escuchando afirmaciones sobre el sueño que algunos aseguran son completamente ciertas. Las cuales van pasando de generación en generación, tejiendo una gran red de creencias, de las que pocos saben si son verdad ¿Le gustaría saber cuáles son esas verdades y mitos del sueño? ¡Siga leyendo!
Verdades del sueño que debe conocer
Antes de hablar de los mitos del sueño, es conveniente mencionar algunas verdades del sueño. Estas están basadas en argumentos un poco más científicos y nos ayudan a comprender mejor lo relacionado con dormir.
Cuando se tienen pesadillas no se descansa
Las pesadillas fraccionan el sueño REM (etapa fundamental para la sensación de reparación y descanso), porque la persona suele despertarse y después le cuesta volver a dormir. Por lo tanto, se produce una sensación de mala calidad de sueño.
No es aconsejable hacer ejercicio antes de dormir
Idealmente, el ejercicio debe ser realizado en las primeras horas del día o antes de las 18:00 horas, porque una actividad física intensa produce la secreción de un grupo de sustancias que aumentan la vigilia.
La mala calidad de sueño puede afectar la salud
Sufrir constantes interrupciones al dormir puede generar problemas en la salud. Es posible que tenga problemas para combatir infecciones comunes, lo cual puede producir hipertensión y problemas cardiovasculares. La investigación también indica que los malos hábitos de sueño reducen la capacidad del organismo para utilizar insulina, lo que puede dar como resultado diabetes.
Mitos del sueño que no creería que lo son
Ahora bien, ya que conocemos algunas verdades sobre el sueño. Es el momento de conocer cuáles son esos mitos del sueño que se han difundido por todas partes y que pueden llegar a ser muy perjudiciales para la salud.
Es necesario y recomendable dormir la siesta
Aunque muchos aseguran que ayudan a estar más relajado y descasando, las siestas en general no deben ser necesarias. Por lo tanto, si una persona requiere una habitualmente, es posible que sufra de algún tipo de patología del sueño, lo que produce una sensación poco reparadora, independientemente de la cantidad de horas que duerma.
Además, en aquellos sujetos que padecen insomnio, las siestas prolongadas y acentúan la dificultad de inicio del sueño. Es por eso que, si se tiene el hábito de dormir siestas, estas tienen que ser breves. Durar no más de 20 y preferiblemente en la tarde antes de las 16:00 horas.
Lo ideal es dormir alrededor de 8 horas diarias
No hay una cantidad de horas ideal para dormir, lo importante es que el tiempo que se dedique a esta actividad sea lo suficientemente reparador para obtener una sensación de descanso adecuada.
Existen personas que duermen mucho, otras que duermen muy poco, todo va a depender del número de horas que requieran. También se clasifican en función del horario al que acostumbran acostarse y levantarse, se les denominan alondras y búhos.
Las bebidas alcohólicas ayudan a dormir mejor
Entre los mitos del sueño este el que más utilizan los amantes de la buena bebida. Lo cierto es que esta afirmación es falsa. Las bebidas alcohólicas son un depresor del sistema nervioso central y, por lo tanto, reducen el sueño REM, que es el sueño profundo en el que el cuerpo y la mente necesitan sentir el descanso
Tener somnolencia significa que necesitamos dormir más
Este es otro de los mitos del sueño que más comúnmente se dice. Pues bien, el hecho de tener somnolencia no quiere decir que se necesite dormir más tiempo, sino que el descanso ha sido de mala calidad. Habrá que analizar que causa está afectando al sueño para poder corregirlo. Si se ha dormido el tiempo suficiente y existe somnolencia diurna puede ser señal de problemas como la apnea que deberán ser tratados.
Dormir con la televisión encendida ayuda a conciliar el sueño
El nivel de luz que necesitamos para dormir es muy bajo, por lo que se recomienda hacerlo a oscuras. Además, la pantalla de la televisión emite una luz azul, al igual que los celulares o tablets. Esta luz azul le hace creer a nuestro cerebro que es de día, impidiendo que produzca melatonina. Esto hace que nos sintamos alerta y puede acarrear problemas para dormir a medio y largo plazo.
Roncar es un problema común que no es perjudicial
Si bien roncar podría ser inofensivo para la mayoría de las personas. Para algunas es un síntoma de un trastorno que pone en riesgo su vida, llamado apnea del sueño. Las personas que roncan y tienen somnolencia durante el día, deben preocuparse por este problema y consultar a su médico. Claramente tienen síntomas de apnea del sueño.
Las personas con apnea sufren breves pausas en la respiración que impiden que el aire entre y salga de las vías respiratorias. Las pausas en la respiración reducen los niveles de oxígeno en la sangre y pueden provocar daño cardíaco y vascular, lo que aumenta el riesgo de una persona de tener una enfermedad cardiovascular.
Una persona con apnea del sueño se despertará con frecuencia durante la noche jadeando, una acción que altera el sueño. La apnea del sueño también se ha relacionado con la presión arterial alta. Afortunadamente, los ronquidos y la apnea del sueño se pueden tratar.
Las horas de sueño perdidas se recuperan
Estudios neurológicos revelan que aun durmiendo muchas horas en los días posteriores a la noche que no se descansó correctamente, el lóbulo frontal, responsable de la memoria y la capacidad de tomar decisiones, no recobra su estado normal.
A medida que crecemos necesitamos menos horas de sueño
Los especialistas en el sueño recomiendan a la mayoría de los adultos dormir de 7 a 9 horas. Si bien los patrones de sueño pueden cambiar con la edad, la cantidad de sueño que necesita el organismo no suele cambiar.
Las personas mayores podrían despertarse con más frecuencia y terminar durmiendo menos durante la noche. Sin embargo, no necesitan muchas menos horas de sueño que los adultos más jóvenes. Las personas mayores pueden dormir más siestas durante el día porque duermen menos por la noche.
Este artículo es informativo y no pretende servir de diagnóstico, prescripción o tratamiento de cualquier tipo de dolencia. Esta información no sustituye la consulta de un médico, especialista o profesional de la salud.
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