Los años 80 representan en el mundo una década inolvidable, una época de rebeldía, con ropa colorida, peinados de gran volumen y maquillaje muy recargado, existía una convivencia de variados estilos, que podían imponerse individual o colectivamente, pero todos eran bienvenidos en la sociedad.

Los peinados de los años 80 no pasaban desapercibidos, porque las grandes melenas se veían en todas partes, el cabello se alborotaba con spray, gelatina, espuma o fijador, se usaba la permanente y los cortes eran asimétricos, era usual ver el cabello esponjado con frizz, o llevarlo con rizos esponjados y un poco despeinados con un flequillo corto peinado hacia los lados, el cabello liso no era una opción en la época, así que los rizos eran la forma de agregar volumen.

También se llevaban con flequillos de una altura prominente, se podía lucir una media cola donde la mitad del cabello se ajustaba al cuero cabelludo y la otra destacaba por sus rizos despeinados y muy esponjados, si el cabello era corto la mujer podía llevarlo pegado a los lados pero con un gran copete esponjado, con flequillos  con rizos; la famosa cantante Madonna puso de moda el uso de pañuelos y accesorios en el cabello de colores vistosos.

El estrambótico look del cabello se debía complementar con un atrevido maquillaje, para los labios se utilizaban tonos oscuros y mates pero de colores como naranjas, malvas, fucsias, morados y rojos; todo el rostro se cubría con una fuerte cantidad de base, los ojos eran el foco principal, se coloreaban los párpados combinando colores como rosas y azules o negros, morados y grises, el delineador debía aplicarse adentro y afuera del ojo en una línea gruesa, el rímel era obligatorio, por lo menos en dos capas de negro, en los pómulos se utilizaban tonos oscuros para resaltarlos.

El perfecto atuendo de la época tenía unas prendas imprescindibles, las hombreras se llevaban en las chaquetas, en las blusas, en las camisas y en los vestidos; las faldas y los vestidos podían ser muy cortos, la idea era que todo fuera exagerado;  las mallas elásticas podían utilizarse a diario, eran súper ajustadas y hacían lucir las piernas de las mujeres sobre todo por sus colores llamativos y de neón; las camisetas y suéteres largos y holgados hasta las caderas acompañaban las mallas y las faldas cortas; los pantalones desteñidos formaron parte de esta idílica moda.

Entre los accesorios que acompañaban estos extravagantes looks, están las gafas de sol, y la marca Ray-Ban fue una de las más llevadas; los aretes grandes de fantasía o de grandes colecciones de joyería; collares y pulseras de colores llamativos y fluorescentes, los guantes de colores de red y los calentadores para pies que se combinaban con las mallas o las faldas.

En los ochenta, la ropa que más brillaba era la que tenía más estilo, así que las lentejuelas aparecían con frecuencia en chaquetas y en todo tipo de accesorios, los colores que más se llevaron fueron los fucsia, el amarillo, el naranja, el verde y los tradicionales blanco y negro.

ALFA