Montecarlo es el distrito más famoso de los ocho que conforman el principado de Mónaco, ubicado en la Riviera Francesa y por ende bañado por las aguas del Mediterráneo. Con frecuencia Montercalo se suele confundir con todo el estado, debido a que es aquí donde se desarrollan las actividades económicas que dan vida al país.


El nombre de Montecarlo, es de origen italiano y se traduce como el “Monte de Carlos”, el mismo se colocó en honor al príncipe gobernante Carlos III, quien decidió la fundación de esta ciudad en 1856, como una alternativa para salvar a Mónaco de la quiebra. La idea central era aprovechar el lugar como sede de balnearios de lujo, gracias a sus bondades geográficas que lo ubican frente al Mediterráneo, en plena Riviera Francesa y además hacerlo atractivo para turistas con poder adquisitivo, con la construcción de un casino.

Tal y como se pensó en el proyecto del Príncipe Carlos III, la ciudad es sede de un gigantesco casino que se construyó a finales de 1850, pero cuyo verdadero éxito comenzó 1860 cuando la familia real decidió contratar a François Blanc, un conocido administrador de casinos famosos en Grecia y Alemania. La gestión de Blanc fue tan exitosa que los personajes adinerados de distintas partes del mundo no solo gastaban su dinero en juego, sino que comenzaron a realizar inversiones inmobiliarias, creando un boom en toda la zona. El mismo fenómeno de inversiones sucedió nuevamente en 1970.

Desde su creación hasta la fecha, el Gran Casino Monte Carlo es la atracción principal de este barrio de lujo que forma parte de Montecarlo. Arquitectónicamente se trata de una obra maestra, cuya primera parte estuvo a cargo del arquitecto de la Opera Garnier de ParísCharles Garnier. Sin embargo, la ampliación de 1910 siguió el mismo estilo barroco.

El edificio en sí, invita a un recorrido que permite admirar los jardines que lo rodean y disfrutar de vistas agradables que tienen como destino algún punto del Mediterráneo, incluso hasta llegar a ver Bordighera, ya en Italia.

Una vez en Montecarlo, cualquier turista puede entrar a visitar el casino e incluso tratar de retar a la suerte en alguno de sus juegos o si el presupuesto se ajusta, visitar algunos de sus exquisitos restaurantes.

Otras de las es considerado un centro de lujo y glamour por muchas razones; entre ellas, el hecho de estar bajo el gobierno de una de las familias más antiguas de la aristocracia europea; los Grimaldi. Justamente en la ciudad de Montecarlo se encuentra el Palacio del Príncipe, una de las residencias reales que se pueden visitar en verano cuando la familia está de vacaciones.

La visita a Mónaco, por lo general es un plan que se realiza desde ciudades cercanas como Niza o Figueras en Cataluña, desde donde se puede acceder en auto y sin duda, disfrutar de un magnifico paisaje.

Un plan de turismo en este principado se puede realizar en un día, si la idea es solo conocer; para otras actividades quizás se requieran más días y un buen presupuesto, ya que Montecarlo es literalmente un destino lleno de glamur y lujo.

ALFA