Desde tiempos antiguos el estudio de los cuerpos celestes siempre ha despertado el interés del hombre, quizás porque en ellos se encuentran las respuestas sobre su origen o tal vez por la idea de demostrar que no estamos solos en el universo. Pero lo cierto, es que en su afán por encontrar respuestas han surgido a lo largo del tiempo leyendas, teorías y supuestas evidencias, sobre la existencia de un planeta oculto llamado nibiru y la influencia que este tendría sobre la vida en la tierra.
Conocido también como planeta X y no porque sea el décimo, sino porque hace alusión a un planeta desconocido o imposible de encontrar. Nibiru ha generado gran fascinación entre ufólogos y amantes de las conspiraciones, pues se dice que este supuesto planeta ubicado en la periferia de nuestro sistema solar, no solo sería el hogar de una raza extraterrestre muy avanzada; sino también porque se cree que su retorno a la órbita de nuestro sistema solar y su posible acercamiento al planeta tierra, traería consigo eventos apocalípticos que serían los causantes del exterminio de la civilización, tal y como la conocemos.
La palabra nibiru significa lugar que cruza o lugar de transición, y las primeras referencias sobre el habrían sido aportadas por la civilización sumeria, quienes en sus representaciones artísticas dibujaban un sistema solar de 12 planetas entre los que se incluye a nibiru como uno de ellos. Estos la describían en varios cilindros como un planeta con una órbita más allá de Plutón, mientras que los textos mesopotámicos exaltan el brillo del planeta y sugieren que tiene un color rojo intenso que le haría visible durante el día.
Sin embargo, sería el historiador Zecharia Sitchin quien, en 1976, daría a conocer a nibiru y alimentaria con ello el mito de este planeta, luego de traducir miles de tablillas en idioma sumerio ubicadas en distintos museos alrededor del mundo. Pues, según sus interpretaciones este planeta está habitado por los anunnaki, una raza extraterrestre que habría creado los seres humanos para trabajar como sus esclavos en las minas de oro y otros minerales en África, América del sur y Mesoamérica.
Según Sitchin, se trata de un planeta gigante de un tamaño similar al de Saturno y que se mantiene oculto en nuestro sistema solar, debido a que su eje de rotación es distinto al resto de los planetas, lo que pudiese explicar cómo ha escapado al ojo de la ciencia. Aunque también sostiene que otra diferencia con el resto de los planetas de nuestro sistema solar, es que nibiru tarda 3600 años terrestres en completar una vuelta alrededor del sol, lo que equivale a un sar o un año de nibiru.
No obstante, la comunidad científica ha negado categóricamente que exista nibiru, debido a que las afirmaciones de Sitchin carecían de fundamento astronómico científico, puesto que se basan solo en su interpretación de tesoros sumerios. Aunque en 2015 investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Cambridge, plantearon la hipótesis de que existen al menos dos planetas más allá de Plutón y cuya influencia gravitatoria determina la órbita e inusual distribución de objetos observados más allá de Neptuno.
Entonces, resulta lógico pensar que con tanta inmensidad del universo y aun mucho por conocer de él, existan planetas aun sin descubrir orbitando los oscuros límites de nuestro sistema solar. Si bien en el caso de nibiru parece faltar evidencia científica, no significa que debamos descartarlo como uno de ellos. Pero en caso de existir nos preguntamos ¿será nibiru el responsable de nuestra extinción?
ALFA