¿Oro blanco o platino? ¿Cómo saber de qué está hecha una joya? ¿Cuál es mejor? ¿Por qué el platino es más valioso que el oro? Estas interrogantes solo pueden responderse conociendo a fondo las características de ambos metales. Tanto el oro como el platino se consideran metales nobles y preciosos, porque se encuentran en estado puro en la naturaleza, resisten la corrosión y la oxidación, y son no reactivos. Esto les permite conservar una apariencia inalterable en el tiempo, convirtiéndose en excelentes candidatos para ser utilizados en joyería o con fines tecnológicos.

El oro es escaso en la corteza terrestre, tiene un muy llamativo color amarillo, es pesado, maleable y muy dúctil, buen conductor eléctrico y térmico. Siempre se le ha apreciado por su increíble belleza, por la facilidad de extracción de los yacimientos y por su manejabilidad. Suele ser no tóxico, pero si hay sobre-exposición puede provocar irritación en los órganos expuestos. En la actualidad, se utiliza en reservas e inversiones, en la industria y mayormente en joyería.

En la fabricación de joyas, el oro se presenta en distintas tonalidades según las aleaciones con otros metales: rojo, rosa, blanco, azul, verde y gris. Para proporcionarle la tonalidad blanca al oro, se recurre a aleaciones con rodio –el cual tiende a desaparecer en poco tiempo–, níquel –que hace más rígido al oro, lo cual es muy útil para elaborar prendedores–, o paladio –que le da mayor flexibilidad y suavidad, lo que lo hace ideal para anillos de diamantes–.

Al igual que el oro, el platino es pesado, maleable y dúctil. Su color es blanco grisáceo. Es frecuente encontrarlo aleado con otros metales del grupo del platino (rutenio, rodio, paladio, osmio, iridio) en forma de pepitas o escamas. Se emplea en equipos de fabricación de vidrio, fibra de vidrio, plástico, imanes, fibra óptica y discos duros, oleoductos; catalizadores, elaboración de fertilizantes o explosivos, aparatos de neurocirugía y medicamentos anticancerosos, fabricación de coronas dentales.

En cuanto a joyería, una pieza de platino rara vez es platino puro y mientras mayor es el porcentaje de platino presente en la pieza, mayor es su valor. Así, si una pieza contiene 95% de platino se considera que es de platino puro; el porcentaje restante es de algún otro metal, generalmente de su grupo, para realzar el brillo de la joya.

Las joyas de oro blanco pueden confundirse con las de platino, pero las últimas son un poco más pesadas. El platino es un metal más raro que el oro y además es más duro, por lo que trabajarlo más costoso. Además, las joyas de oro blanco requieren mayor mantenimiento, lo cual disminuye su valor en el mercado. Eso aunado al hecho de que una reconocida marca de joyas en el siglo XIX utilizó platino para crear una de sus más famosas piezas, le proporcionan un valor por encima del oro blanco, aunque en belleza ambos se dan la mano. ¡Use estos consejos y haga su decisión!

ALFA