Los pies son una de las partes más vulnerables del cuerpo, y al mismo tiempo, la que descuidamos con mayor frecuencia. Lo que se refleja en ellos con la aparición de callos, ampollas, talones agrietados, uñas encarnadas y hongos, terminan afectando no solo su apariencia, sino también nuestra salud; estando entre las afecciones más comunes: el contagio de un hongo conocido como pie de atleta.
Aunque su nombre pudiera asociarse a una enfermedad propia de los deportistas, lo cierto es que cualquier persona, aún sin serlo, podría sufrir esta enfermedad; siendo el hombre uno de los más propensos en contagiarse, continuando en el orden las mujeres y los niños.
Entre sus principales causas están: los hongos dermatofitos y la acción de levaduras o bacterias, los cuales son favorecidos por la presencia del sudor en los pies por tiempo prolongado y el uso de zapatos cerrados, impidiendo la correcta ventilación de los dedos. Pero además, existen muchos ambientes propicios para el contagio de este hongo como lo son las piscinas, baños y duchas.
Sin embargo, en las personas contagiadas los síntomas no representan gravedad, pero pueden llegar a ser muy molestos, incluyendo entre ellos fuerte comezón, enrojecimiento, dolor, ampollas, mal olor y decoloración o engrosamiento de las uñas; lo que puede ir empeorando a menos que se aplique un tratamiento y la opción más efectiva para combatirlo como por ejemplo: utilización de antimicóticos por vía tópica y oral de manera simultánea.
A pesar de que existen muchos tratamientos, lo más importante será la prevención, por lo cual debemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar contagiarnos con el pie de atleta:
- Lavarse los pies, al menos 2 veces al día y mantenerlos secos, haciendo énfasis en el espacio entre los dedos. Puede reforzar esta medida usando talco antimicótico, esto evitará la sudoración excesiva y la presencia de hongos y bacterias.
- Usar zapatos ventilados, con lo cual podremos prevenir el calor y la humedad en los pies como producto de la sudoración.
- Al usar baños y piscinas públicas procure no andar descalzo, use para ello sandalias que le permitan evitar el contacto con pisos húmedos, que podrían estar contaminados con el hongo.
- Use medias limpias y evite compartirlas, ya que una persona infectada con el hongo puede transmitirlo directamente a otra por el contacto con esta prenda.
- Hacerse la manicura y pedicura regularmente, ya que esto le permitirá detectar y atender oportunamente cualquier síntoma que se manifieste.
El pie de atleta no debe subestimarse, ya que si no se trata correctamente, puede extenderse a otras partes del cuerpo, por ello la recomendación será acudir al podólogo ante la presencia de cualquier síntoma, quien determinará con exactitud la causa y el mejor tratamiento. Recuerde que sus pies le ayudarán a lograr lo que se proponga, ¡así que no los descuide!
Me encantó este artículo, porque me hizo tomar conciencia del cuidado que debemos dar a nuestros pies. Gracias por la información.
Muy buena información, la clave están en mirar diariamente nuestros pies, ya que mientras más rápido lo detectemos, más rápido podremos tratarlo y hacerlo desaparecer.
Buen artículo y totalmente de acuerdo, el mejor tratamiento es la prevención, así que pondré en práctica sus consejos.
Muy interesante, aunque no he sido contagiada con este hongo, tendré en cuenta sus recomendaciones.
Buen artículo, que bueno saber un poco más sobre este hongo, ya que mucha gente lo padece y a veces no cuenta con la información necesaria