El 21 de diciembre de cada año entre las 10 y las 12 de la noche, se celebra una festividad en el que cada año se suman más adeptos en el mundo, los rituales del espíritu de la navidad dan la bienvenida a una energía intangible, portadora de luz para todas nuestras almas, para nuestros hogares y para el mundo, con la finalidad de que reine la paz, la prosperidad, la buena voluntad, el amor y la armonía.
Como evento astrológico, en este día el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita respecto al Sol, se inicia en la Tierra el Solsticio de Invierno; en el Hemisferio Norte, precisamente en los países nórdicos se inicia esta tradición navideña, cuenta la leyenda que el ángel Uriel llegó al planeta Tierra de una galaxia muy lejana, aterrizando en esta zona para traer un mensaje celestial a todos los hombres de este mundo, su misión principal es que en cada corazón florezca el espíritu de dar y compartir con el prójimo, igualmente transmitir su energía de unión, paz, amor y amistad.
Los elementos para utilizar en este ritual son los siguientes: una vela azul que representará la paz, una vela roja que simboliza el amor, una vela amarilla que encarna la alegría y la felicidad, incienso de Mirra que alude a la paz y la prosperidad, la esencia de azahar que simboliza el amor, la energía física, el dinero, suerte, salud y prosperidad, los fósforos para encender las velas, tijeras, hojas de papel, lápiz o bolígrafo.
El día anterior muchos limpian sus casas, para que al día siguiente amanezca libre de energías negativas, luego en la noche antes de las 10, se prepara una deliciosa comida para cenar en familia, con la mesa vestida con su mejor vajilla, en esta antesala al ritual se da la bienvenida al ritual del espíritu de la navidad.
Cuando llegue la hora se colocan las velas en forma de triángulo y se encienden cada una en el sentido de las agujas del reloj, se prende el incienso y se hace sentir el aroma de la esencia en el ambiente, se abren puertas y ventanas para dar el recibimiento oficial; en silencio comienza la reflexión, para luego percibir las energías positivas del ángel de la navidad, visualizamos un mundo pleno de abundancia y prosperidad, en el que todos seamos felices.
Escribimos en una hoja de papel nuestra lista de deseos, anotamos lo que queremos para el mundo y nuestro país, pedimos por nuestra familia y por último nuestros deseos personales, esta hoja se guarda y al año siguiente, el mismo día del ritual los deseo cumplidos se cortan en tiritas y se queman con el fuego de una de las velas. Al finalizar el ritual se apagan las velas o se dejan consumir en su totalidad. Lo más importante en este día es distanciarnos del egoísmo y tratar de ser mejores con nosotros mismos y con los demás.
ALFA