Sigiriya representa uno de los yacimientos arqueológicos más atractivos y cautivador del mundo. Es considerada por los lugareños como la octava maravilla del mundo y se encuentra ubicada en Sri Lanka o mejor conocido como la Isla de los Mil Nombres, erigida en lo que antiguamente fue un volcán, ahora ya extinto, es uno de los destinos más populares de este país, especialmente para todas aquellas viajeras que aman la naturaleza y la arqueología. Por eso, aquí usted podrá conocer más sobre este magnífico lugar.

Fue construido durante el siglo V D.C., por el rey Kasyapa, como una fortaleza y, a su vez, fue utilizado como un lugar de descanso y placer.  Es que la llamada Roca del León, con 370 metros de altura sobre el nivel del mar y sobre la cual se construyó, está rodeada de una frondosa llanura y representa la atracción más admirada por todo aquel que la visita. Se observan dos niveles en el palacio, uno excavado en la roca y otro nivel superior, que se accede por la famosa puerta del León.

Su exuberante tamaño la hace visible en cualquier dirección y a una distancia inimaginable. Su nombre, se debe al hecho de tener talladas en su terraza intermedia, las garras de este imponente animal.

Una vez se encuentre en este maravilloso lugar, comienza la travesía hacia el Palacio de Sigiriya ubicado en la cumbre. El ascenso se inicia a los pies de esta gran Roca del León, a través de una gran escalinata casi interminable, con 1.200  escalones que debe subir. La altura puede producirle vértigo, por eso se recomienda no hacerlo si sufre de esta afección, además, sino está en forma, considere ejercitarse un poco para llegar al destino deseado, sin mucha complicación.

En la mitad de la cima, al llegar a los frescos ubicados en la cueva de la Cobra, se observan pinturas eróticas de mujeres semidesnudas, realizadas con esta técnica -frescos- y que representan todo un valor artístico de la época. Al llegar al Muro del Espejo, cuyo nombre se debe a lo brillante de su superficie, ya que se reflejaba la imagen del agua en él, y de esta manera el efecto permitía a los reyes mirarse en la pared del muro, tal cual como en un espejo. Se dice que cuando el sol iluminaba la parte exterior del muro, encandilaba al enemigo haciéndolos más vulnerables y presa fácil para quienes defendían el palacio.

Sigiriya declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año de 1982, representa una incógnita para los arqueólogos, arquitectos e ingenieros, que no han logrado entender ni descubrir, cómo en esa época se pudo construir este monumento con una planificación urbana y un sistema hidráulico, casi perfecto.

Cuando decida viajar a este destino, no deje de apreciar desde arriba lo majestuoso de sus jardines, sus piscinas y el foso de agua que se llena de manera natural en la época de lluvia.

ALFA