Si le gustan los temas esotéricos y quiere iniciarse en la metodología del Tarot, le ofrecemos, en principio, de manera breve, los valores interpretativos de cada uno de los arcanos mayores para que vaya familiarizándose con ellos. A continuación, y con mayor detalle, hará un seguimiento pormenorizado y en profundidad del Arcano III, La Emperatriz, en el que se reflejará con amplitud su simbología y significado adivinatorio en su vida.

La Emperatriz es una carta con figura de mujer que representa la emotividad y el poder de la sensualidad. Simboliza la naturaleza divina, la Gran Madre, la fecundidad de la tierra. En su vertiente fértil es la representación de la diosa Venus (Afrodita), y en el aspecto de la Madre Natura, es Démeter (Ceres), la diosa de la siega, la que hace germinar la simiente.

En su conjunto general de valores, alude a la responsabilidad femenina y su característica laboriosidad, su sentido maternal y de ahí que la figura de La Emperatriz se represente como una especie de matrona, una mujer en gestación, símbolo de la maternidad y la concepción, uno de los más altos valores del sexo femenino.

Cuando este arcano aparece cabeza arriba significa iniciativa, responsabilidad, altas (pero nobles y controladas) ambiciones, proyectos elevados, previsión de futuro, carácter firme, fertilidad (tanto en ideas, concepciones, beneficios o maternidad), dinamismo, riqueza material, visión clara y concreta de los hechos o problemas.

Asimismo, capacidad exacta para tomar decisiones, por lo general, acertadas, visión para solventar dificultades familiares, profesionales o sociales, elegancia para eludir obstáculos y contratiempos, afán de superación, dotes de mando, perspicacia, sagacidad, sentido de protección sobre la familia, búsqueda de lo mejor y afanes de conquista en todos los órdenes y conceptos.

Cuando este arcano aparece cabeza abajo, como sucede con casi la mayoría de los restantes, se produce un movimiento regresivo o una inversión en las virtudes que se tornan en defectos. Puesto el naipe al revés, evidencia esterilidad, pérdida o carencia de bienes y propiedades, indecisión.

Además, significa falta de responsabilidad, abulia, apatía en cualquiera de los órdenes, inhibición frente a los problemas o las dificultades, falta de armonía conyugal, falsedad, ofuscación de los sentidos, inmadurez, escasas ambiciones y peligros por falta de carácter y voluntad.

Desde la vertiente sexual, este naipe simboliza a la mujer pragmática y consciente que difícilmente se deja arrastrar por las pasiones vehementes y que incluso somete el amor en esencia a los intereses personales. El sexo nunca obnubila su clarividencia, ya que por encima de él está su innato sentido de la responsabilidad. No es mujer que se pierda por los efímeros placeres de una noche, ya que pretende uniones provechosas, duraderas y convenientes a sus intereses.

En conclusión, si esta carta aparece cabeza arriba en su tirada, su vida se llenará de fecundidad, logros, riqueza, prodigalidad y equilibrio. También representa maternidad, hijos o una mujer de negocios. Por el contrario, si aparece cabeza abajo: vacilaciones, falta de concentración e infidelidad.

ALFA