La psicología establece a una fobia como aquella reacción intensa, irracional y permanente que sufre un individuo con relación a un objeto, actividad o situación específica. Las fobias se diferencian del miedo porque estas tienen la capacidad de limitar y perjudicar la rutina de la persona, mientras que el miedo tiene una dualidad donde se le ve cómo un factor que en ciertos momentos actúa como acción de supervivencia, siendo beneficioso.
Dentro de las múltiples maneras de superar las fobias, se haya una constante, como lo es la exposición. La especialista, Elia Roca, expresa que “cualquier tratamiento eficaz de las fobias incluye la exposición, el cual consiste en afrontar repetidamente el estímulo temido hasta que este deje de producir terror”.
Hay diversas explicaciones del porqué para superar una fobia debe exponerse a la persona ante ella. Para hacer un hábito, para disminuir su intensidad y en base a las teorías del procesamiento emocional. Roca enfatiza en que si el paciente es expuesto de manera repetida ante su fobia, llegará un momento en que si quiera perciba algún sentimiento en torno a ese objeto o situación “Ocurriría algo similar a lo que ocurre con los olores. Si nos exponemos a ellos mucho tiempo, dejamos de percibirlos”.
En otras palabras, con la exposición a la fobia, el paciente consecuentemente podrá tomar esa acción como parte de un hábito, debilitando el refuerzo negativo que se nutre con cada uno de los momentos que intenta evitar estar en presencia de elemento que le genera miedo irracional.
En torno a las teorías del procesamiento emocional, Roca se basa en lo determinado por Edna Foa y Michael Kozak en el año 1986 con ‘El modelo del procesamiento emocional’ y Stanley Rachman en el año 1980 con su trabajo sobre obsesiones y compulsiones.
“La exposición a una situación temida proporciona información que es inconsistente con la información almacenada previamente en la memoria emocional. Por ejemplo: la habituación durante una sesión de exposición muestra que el miedo no dura eternamente y que el fóbico puede permanecer en presencia del estímulo temido sin que ocurra nada malo, e incluso sin experimentar miedo.”
En teoría se ve muy fácil de llevar acabo, pero existen personas que siquiera pensar en ese objeto que les causa la fobia, ya representa un terror total. Al punto llega este trastorno que es muy común la presencia de síntomas fisiológicos que se demuestran con tan solo la idea de lo que se teme.
Por otra parte, Roca enfatiza que “es esencial que la persona afectada por una fobia entienda en qué consiste el tratamiento de exposición y cómo va a ayudarle” debido a que la información será su primera aliada. Si usted tomará la decisión de superar una fobia, debe informarse lo más que pueda, y acudir a especialistas certificados en el tratamiento de estos padecimientos psicológicos, pues estos tendrán las habilidades necesarias para hacer lo más llevadero posible el tratamiento de exposición que tiene como único objetivo el poder ayudarle.
Espero superar el miedo a las cucharachas jajaja
Totalmente cierto, le temía a las alturas y después de unas cuentas montañás rusas ya mi fobia desapareció