Hace unos días atrás conversaba con una amiga sobre su nueva relación y con gran asombro me contaba de una anécdota entre ella y su nueva pareja. Me dijo: ¡Te Amo! Su tono de voz angustioso me generó una sonrisa inusual y algo de curiosidad.

Dejé que siguiera llenándome de detalles acerca del hecho y decía: “Apenas tenemos 4 meses, es muy pronto, esa frase no debe decirse todavía”

En definitiva me preguntaba: ¿Por qué no decirlo, si en realidad sientes amor por otra persona? ¿Por qué debe existir un proceso previo para expresarla? ¿Hay un momento en la relación que determina… es ahora? ¿Es amar o querer?

Con esas dudas, analicé de cerca esa realidad, y lo comento de esa manera puesto que no es ajeno para ninguna mujer u hombre que la frase tiene un valor especial y que expresarla con demasiada facilidad hace que la misma pierda su fuerza y sentido sincero.

Amo a mis padres, a mi familia, a mis amistades y hasta a mi mascota, quizás porque tengo un concepto diferente del “amar”. Pero, cuando hablamos de amor de pareja, nos encontramos en toda una disyuntiva.

Actualmente, las relaciones pasan por diferentes etapas y las demostraciones o involucrar sentimientos también. Existen muchos temores acercar del “amar”, han popularizado frases como “el que se enamora pierde”, “no dejes que se entere que la (lo) amas”, lo que ha hecho del amor un proceso complejo de entender, enteramente planificado y hasta algo frío.

Pero analicemos de cerca cada figura. El famoso: «te quiero», va relacionado comúnmente al inicio de la relación, en donde la pareja todavía se está conociendo, descubriendo gustos en común; es cuando se encuentra en una etapa en la que el compromiso no es una opción segura, y menos la formalización. Es sumamente despreocupada, es aquella forma empleada para decirle al otro que hay sentimientos pero al mismo tiempo indicarle que no hay suficiente tiempo o razones para formalizarse. Y, ¿eso es querer?… No lo creo. Querer es apego, y duele al no ser correspondido.

Ahora bien, el amar es indicativo para muchos, puesto que el corazón y la mente se han involucrado, se deja un poco los temores y las vergüenzas para sobreponer el sentimiento por la otra persona. Es desear lo mejor al otro, sin importar lo que ello resulte, amar es permitirse ser feliz siendo quién eres, es entregarse sin complicaciones, es saber que quieres estar con esa persona a tu lado, no porque no puedas vivir sin él o ella, porque sí puedes, sino porque estarlo te hace feliz.

La sociedad ha desgastado el sentimiento; la falsedad, intolerancia y el juicio ha logrado forjar muros entre lo que queremos decir y lo que realmente decimos. Nos preocupamos por expresar de más el amor, pero no el odio o el rencor.

Deja que fluya sin temores y no te compliques tanto en entender la expresión y su significado real, deja que hablen tus sentimientos y como le dijo el principito a la rosa… No lo entiendas, ¡Vívelo!

ALFA