Martes, 16 de febrero de 2016. En Colombia, se encuentra el sagrado y misterioso Tesoro del Lago de Guatavita; el cual era uno de los centros más importantes de los ritos indígenas de la tribu “Chibchas”, quienes tenían como objetivo echar a la laguna innumerables ofrendas de oro y esmeraldas, para obtener algún tipo de protección de sus dioses. De este lago proviene la afamada leyenda de “El Dorado”.
La historia relata que este tesoro bajo el agua, fue creado por un meteorito caído del cielo hace dos mil años atrás; dejando un gigantesco hueco semejante a un cráter volcánico. Los indios interpretaron este fenómeno como una señal de su “Dios Dorado”, quien se hospedaba en el fondo del lago; convirtiéndose automáticamente en motivo de poder y adoración. Cuando los españoles llegaron para la inminente invasión de tierras y vieron todo esto, solo pensaron en la gran fortuna escondida en las profundidades del almarjal.
El hermano del “conquistador” de Nueva Granada, Hernán Pérez de Quesada; fue el primer explorador de este tesoro, y el responsable de evacuar minuciosamente el gran lago en el año 1540; después de tres exhaustivos meses de trabajo, habían conseguido bajar tres metros del agua obteniendo entre tres mil y cuatro mil accesorios de oro; aunque, nunca tuvieron la dicha de llegar al centro del Lago Guatavita, donde se halla uno de los más codiciados botines del mundo. Alrededor de cuatro décadas, se había realizado otro intento para conseguir este anhelado tesoro, vaciando por completo la laguna; lo que ha sido imposible hasta la fecha.
Al pasar los años, un gran comerciante de la ciudad de Bogotá, había empleado a unos nativos para la fabricación de una zanja en una de las colinas cercanas del lago; bajando su nivel unos veinte metros, encontrando una espectacular esmeralda con el tamaño de un huevo y diferentes objetos de oro. Miles de personas han intentado tener este gran tesoro que al parecer el “Dios Dorado”, no ha querido dejar ver.
Esta leyenda, ha llamado la atención de muchos especialistas, como el gran naturalista alemán Alexander von Humboldt; quien realizó una exploración científica en el siglo XIX, con el objetivo de tener documentación histórica sobre el Lago Guatavita. Dentro de su investigación, pudo calcular que su tesoro tenía un valor de 300 millones de dólares; y mediante especulaciones dedujo que durante solo un siglo, “unos mil feligreses realizaban dicho ritual al año, y que cada uno de ellos ofrendaba hasta cinco maravillosas piezas de oro” expresó.
A lo largo de cuatro siglos de incesantes excavaciones, en el año 1965, se le había puesto un rotundo final a todos los esfuerzos fallidos para llegar al centro del Lago Guatavita; declarándolo como Patrimonio Histórico de Colombia. El Gobierno se ha dado a la tarea de recuperar algunas de sus piezas como la reconocida “Balsa Muisca”.
ALFA