Teotihuacán es uno de los más significativos y hermosos asentamientos prehispánicos que podrá tener el placer de visitar en el Valle de México. Su nombre significa ‘Lugar donde los hombres se convierten en dioses’, siendo calificada como una de las joyas arquitectónicas de toda Mesoamérica.

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Teotihuacán se encuentra a tan solo 78 kilómetros de la Ciudad de México, y desde el año 1987, sus monumentos arqueológicos entraron en la lista del Patrimonio de la Humanidad. El origen de la civilización en Teotihuacán es aún desconocido. Solo se ha concretado que las primeras construcciones fueron edificadas alrededor de la era cristiana, tal como resulta ser su imponente Pirámide de la Luna.

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El apogeo de Teotihuacán se traza durante el siglo III y VII después de Cristo, siendo una urbe de conexión comercial y política. Tal importancia tuvo la también llamada ‘Ciudad de los Dioses’ debido a que en otros asentamientos fueron descubiertas características propias de su arquitectura, tal fueron el caso de Tikal y Monte Albán.  La maravilla turística de Teotihuacán compite en México tal como lo hace el Chichén Itzá y el Tajín, por lo que la afluencia de visitantes hacia el lugar es bastante considerable.

La arquitectura de Teotihuacán se ve protagonizada por sus grandes basamentos. Estos han sido identificados como la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna, la ciudadela y la Pirámide de la Serpiente Emplumada, y el Palacio de Quetzalpapálotl. Sobre la primera edificación se tiene señalado que la Pirámide del Sol es el edificio más grande de este asentamiento, y el segundo más elevado de toda Mesoamérica. El tener a cada lado más de 225 metros de largo le hace merecedor en comparación de la Pirámide de Keops en Egipto. Sobre el uso que se le dio, es señalado que la Pirámide del Sol tenía por objetivo demarcar un sitio sagrado para el Imperio Azteca.

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La Pirámide de la Luna es el edificio más antiguo de todo Teotihuacán. Con una altura de 45 metros, esta construcción fue centrada en la época primitiva de los aztecas debido al encuentro de una particular estructura divina: la Diosa de la Agricultura.

La tercera joya de Teotihuacán está constituida por su ciudadela y por la Pirámide de la Serpiente Emplumada. Unidas como parte de un conjunto arquitectónico que, se cree, tenía como objetivo delimitar la zona de residencia de la élite azteca, y ser centro de apogeo cultural, político y económico de todo el asentamiento arqueológico.

Aun así, la Pirámide de la Serpiente Emplumada resalta por si sola debido a que tiene cierta distancia con otras dos grandes pirámides, sin ningún tipo de adorno en su zona exterior, pero que al parecer guardaría en su interior los restos de algunos de los personajes más importante de todo Teotihuacán. Investigadores encontraron un extraño túnel, al cual, tras acceder con un robot, pudieron notar que finaliza en 3 cámaras ubicadas a 8 metros de profundidad. Hecho que ha preponderado a Teotihuacán como joya de los tiempos prehispánicos.

ALFA