En alguna etapa del desempeño de nuestra actividad profesional todos estamos propensos a padecer de estrés laboral, y el síndrome de Burnout es una de las variables más crónicas que se conocen del estrés por trabajo.
El síndrome de Burnout es un término que proviene del inglés y significa agotado o quemado, y en el campo laboral se aplica para nombrar a los “trabajadores quemados”, quienes presentan agotamiento físico y metal.
Este término se utilizó por primera vez en 1969, cuando el psicólogo H.B. Bradley lo utilizó para referir al comportamiento poco asertivo que tenían algunos oficiales que trabajaban con delincuentes juveniles. Más tarde, en los años 80 se hizo una revisión de este término en el campo de la psicología laboral y se concluyó que se trata de un síndrome que genera despersonalización, cansancio emocional y menor realización personal en quienes trabajan con clientes y usuarios.
Las causas más conocidas que generan este padecimiento son:
Puestos de atención al público: el trato con personas con diversos reclamos, y preguntas es un gran factor de riesgo, ya que aumenta los niveles de estrés, sobre todo cuando los clientes no se muestran satisfechos con el servicio.
Acoso laboral: este tipo de agresiones—que se realizan intencionalmente—afectan la autoestima del trabajador y en la mayoría de los casos, hace que estos abandonen sus puestos de trabajo.
Trabajos monótonos: la falta de motivación por el trabajo que se realiza, hace que el trabajador se sienta estancado y lo manifieste mediante este síndrome
Por otro lado, es muy común que el Síndrome de Burnout se confunda con el estrés laboral, sin embargo el primero se caracteriza por manifestarse de modo más intenso, en todo lo se refiere a conducta. Entre los comportamientos más frecuentes que permiten identificar a un trabajador con Síndrome de Burnout se encuentran:
Cambios de ánimo: estar irritados y de mal humor es una conducta frecuente entre quienes padecen este síndrome. Asimismo, suelen ser sarcásticos y se muestran a la defensiva, manifestando indiferencia hacia los compañeros y clientes.
Desmotivación: la jornada laboral se trasforma en una carga y se hace más difícil que demuestren sus capacidades laborales.
Agotamiento mental: la incidencia del síndrome se nota en la conducta general del trabajador así como en su estado físico. Ya en esta etapa es cada vez más frecuente que el afectado sea más explosivo en sus reacciones negativas.
Falta de energía y menor rendimiento: quienes padecen el síndrome de Burnout notan una baja en su rendimiento laboral y experimentan episodios de pérdida de memoria y mayor dificultad a la hora de enfrentar nuevas tareas o aprender otras habilidades.
Cambios físicos: tomando en cuenta la definición del Síndrome de Burnout, quienes lo experimentan también se enfrentan a un severo desgaste físico que se nota en la aparición de dolores propios del estrés laboral y afecciones psicosomáticas como problemas gastrointestinales, cardiovasculares, alteraciones de sueño, disminución de las defensas y cambios en el peso.
Si el trabajo es el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro día, la idea es buscar uno que no solo nos genere ingresos sino satisfacciones y crecimiento personal. Cuando un trabajo atenta contra nuestra salud, lo mejor es evaluar qué podemos cambiar o buscar nuevas opciones.
ALFA