Las intolerancias alimentarias son cada vez más comunes. Muchas personas presentan reacciones adversas a determinados alimentos o componentes de alimentos. Estas pueden ser desde pequeñas erupciones hasta reacciones más graves. Las intolerancias alimentarias a veces se confunden con otras enfermedades o dolencias. Por eso, es importante conocer qué son y cómo detectarlas para poder tomar las medidas necesarias.

Las intolerancias alimentarias
Imagen de mohamed Hassan en Pixabay 

¿Alergias o intolerancias alimentarias?

Esta es una de las confusiones más recurrentes. Muchos piensan que estas dos afecciones son sinónimos. Lo cierto es que no lo son. Cada una tiene diferentes formas de manifestarse dentro del organismo. Mientras que las intolerancias alimentarias producen una respuesta metabólica, las alergias alimentarias desencadenan una reacción inmunológica.

En la alergia alimentaria el sistema inmunológico segrega sustancias químicas como la histamina, que produce varios síntomas como picor, moqueo, tos o trastornos respiratorios. Mientras que, las intolerancias alimentarias afectan al metabolismo, pero no al sistema inmunológico del cuerpo.

¿Qué son las intolerancias alimentarias?

Pues bien, como ya lo mencionamos, las intolerancias alimentarias son reacciones adversas del organismo hacia determinados alimentos. Estos no pueden ser digeridos, metabolizados o asimilados completa o parcialmente. Debido, generalmente, a la falta de enzimas necesarias para la correcta digestión y absorción de un alimento, sin que actúe el sistema inmune.

Las intolerancias alimentarias tienen su raíz en el sistema digestivo y por su origen, se pueden identificar tres clases:

  • Primaria: es hereditaria, puede presentarse a cualquier edad y aunque se reciba tratamiento no es posible lograr una rehabilitación completa. Se caracteriza por ir aumentando gradualmente en gravedad.
  • Secundaria: no es de origen genético, su aparición obedece a causas concretas y es posible revertir sus efectos en relativamente poco tiempo. La solución a este trastorno consiste en atacar de raíz al detonante de la intolerancia y utilizar remedios que ayuden a la mucosa del intestino a regresar a su estado habitual.
  • Deficiencia congénita: es similar a la primaria, con la única diferencia de que esta disfunción digestiva está presente desde el nacimiento. Existen muy pocos casos diagnosticados y la gran mayoría se concentran entre individuos nativos de Finlandia.

Trastornos causados por las intolerancias alimentarias

Las intolerancias alimentarias producen una serie de trastornos diversos. Estos luego de suprimir los alimentos causantes de las intolerancias se han podido corregir. Entre estos están:

  • Trastornos gastrointestinales: Distensión abdominal, gases, estreñimiento, diarrea, náuseas, dolor abdominal, reflujo, síndrome del colon irritable.
  • Procesos dermatológicos: Acné, eczema, psoriasis, erupciones cutáneas, urticaria, picor.
  • Trastornos neurológicos: Dolor de cabeza, migraña, mareo, vértigo, fatiga.
  • Sobrepeso y obesidad: En personas obesas, que no responden a los tratamientos habituales de adelgazamiento, se han experimentado pérdidas de peso al eliminar de la dieta alimentos que resultaban intolerantes.
  • Alteraciones musculares y reumáticas: cansancio, dolores articulares, artritis, artrosis, fibromialgia.
  • Molestias respiratorias: Asma, rinitis, sinusitis, dificultad respiratoria.
  • Alteraciones psicológicas: Ansiedad, letargia, depresión, hiperactividad (especialmente en niños).
  • Otros: Retención de líquidos, fibromialgia, inflamación de las articulaciones.

Intolerancias alimentarias más comunes

Las intolerancias alimentarias se pueden presentar ante diversos tipos de alimentos. Sin embargo, existen algunos que causan mayor incidencia de casos de intolerancias. Veamos cuáles son las más comunes.

Intolerancia al gluten

El trigo, la cebada, el centeno, la avena y sus derivados tienen algo en común: todos contienen gluten. Lo mismo es cierto en el caso de los panes y las harinas elaborados con estos cereales, además de muchos alimentos procesados, suplementos y complementos.

El gluten causa trastornos en el organismo cuando el sistema digestivo tiene dificultades para descomponerlo. La persona intolerante sufre de inflamación en el intestino, lo que a su provoca problemas gastrointestinales, así como pérdida de peso, de apetito y de masa muscular.

La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente que se puede diagnosticar a cualquier edad. Si el enfermo consume alimentos que contienen gluten, la mucosa del intestino delgado queda dañada y tiene menos capacidad para absorber nutrientes esenciales como las grasas, las proteínas, los hidratos de carbono, los minerales y las vitaminas. Entre sus síntomas destacan la diarrea, la pérdida de peso, la fatiga, la irritabilidad y el dolor abdominal.

Intolerancia a la lactosa

La lactasa es una enzima que se halla al interior del intestino delgado. Su función es procesar y asimilar la lactosa, azúcar que se encuentra en la leche y en todos los productos derivados de ella. La intolerancia a esta clase de alimentos sucede cuando el organismo tiene problemas para producir cantidades adecuadas de lactasa.

Intolerancia a la fructosa

Llamamos fructosa al azúcar de las frutas, algunos vegetales y la miel. Los intolerantes a este azúcar no tienen un aparato digestivo capaz de descomponer la fructosa y absorberla correctamente. Esta incapacidad provoca problemas digestivos y otras afecciones.

Diagnóstico de las intolerancias alimentarias

A pesar de que las intolerancias son cada vez más comunes, no siempre se diagnostican a tiempo. Esto se debe a que, pocas veces es la primera opción en la que piensan los médicos cuando llegan pacientes con estos síntomas. Por eso, luego de descartar una enfermedad tras otra y realizar los estudios correspondientes es que llegan al diagnóstico correcto.

Se pueden diagnosticar adecuadamente utilizando métodos de detección científicamente válidos. Si alguien piensa que puede estar sufriendo una respuesta alérgica a determinadas sustancias alimenticias, lo primero que debe hacer es ir al médico para asegurarse de que los síntomas no se deben a otra enfermedad y para que éste remita al paciente a un dietista o un especialista en alergias.

El primer paso para llegar a un diagnóstico fiable es conseguir un historial detallado sobre los antecedentes médicos del paciente y de sus familiares. Hay que prestar especial atención al tipo de síntomas, su frecuencia y a si se dan cuando se consumen determinados alimentos.

En conclusión, ante la sospecha de padecer intolerancias alimentarias es fundamental acudir a un profesional que pueda confirmar el diagnóstico. Nutricionistas, gastroenterólogos, neurólogos, endocrinólogos y dermatólogos son algunos de los médicos especializados en estas.

Este artículo es informativo y no pretende servir de diagnóstico, prescripción o tratamiento de cualquier tipo de dolencia. Esta información no sustituye la consulta de un médico, especialista o profesional de la salud.

ALFA