Antes de llegar a montarse sobre las joyas que vemos expuestas en las joyerías, hay tratamientos que reciben las piedras preciosas, para transformarlas de su estado bruto y mejorar características claves en su aspecto final, como color, brillo y forma.

Estos tratamientos deben ser expuestos para que el comprador sepa exactamente qué es lo que está llevando a casa. Entre los tratamientos más comunes que reciben las piedras preciosas están:

Tratamiento térmico: a través de las altas temperaturas las piedras preciosas adquieren un color más intenso o ligero, según lo que las hacen atractivas en el mercado de las joyas. Este tratamiento que se realiza con temperaturas superiores a los 1600 grados es permanente en todas las piezas.

Entre las piedras que son mejoradas con este tipo de tratamientos cuentan: aguamarina, en la que el calor sirve profundiza el color a la vez que elimina los trasfondos verdes que hacen que cambie a una tonalidad más azulada. El rubí es otra de las piedras mejoradas con este tratamiento; en este caso, disminuye las manchas ocasionadas por otros minerales y rellena las grietas que pueden aparecer en ella.

Tratamiento de difusión: El tratamiento de difusión consiste en la exposición de las piedras a diferentes químicos y temperaturas para profundizar su color y darle formas específicas. Pero es aplicado dependiendo de la piedra, siendo aceptado por lo general para rubíes y zafiros, ya que su acción en el resto de las piedras aclara demasiado el tono, en lugar de oscurecerlo.

Los rubíes y zafiros estrellas son una de las piedras más populares tratadas por difusión. El proceso logra el efecto estrella en la piedra preciosa. La dureza de la piedra no se ve afectada por el tratamiento de difusión y por lo general mantiene sus propiedades físicas originales.

Tratamiento de relleno de facturas: las fracturas son uno de los defectos más comunes en las piedras preciosas y además de su apariencia afectan su flujo de luz, restándoles luminosidad.

El proceso de relleno se hace con diferentes materiales químicos, como aceite, vidrio, cera o resina que varían dependiendo del tipo de piedra a tratar. Por lo general la aguamarina, rubíes, zafiros, turquesas y esmeraldas son las piedras que se someten a este proceso.

Tratamiento de irradiación: en este tratamiento se somete cada piedra preciosa a radicaciones o partículas subatómicas con el fin de cambiar o modificar su color. Un ejemplo de este tipo de tratamientos se evidencia en el topacio azul, que es una piedra difícil de encontrar en la naturaleza y es el resultado de un tratamiento de irradiación.

Igualmente, es posible someter piedras de turmalina a este tratamiento, siendo el resultado la transición de piedras en tono rosa pálido a turmalinas rojas intensas, que naturalmente tampoco no veríamos en la naturaleza.

Aunque la naturaleza nos ofrece joyas maravillosas, estas necesitan de la intervención del hombre para lograr la belleza que tanto nos atraen y las hacen objeto de nuestro deseo.

ALFA