México es un país maravilloso, en él se encuentran muchos hallazgos arqueológicos que se han convertido en atractivos turísticos importantes. Tal es el caso de Tulum, la cual  es una zona arqueológica ubicada frente al mar Caribe, específicamente en el extremo sur de Riviera Maya,  en el estado mexicano de Quintana Roo, que  se mantiene erguida delante al paso del tiempo y los huracanes.

Es importante señalar, que la Riviera Maya representa el principal destino para el buceo subterráneo de cavernas que se ha desarrollado en las últimas décadas, y que ha tenido avances significativos en los últimos años. En ella se resguardan grandes misterios del mundo prehistórico, habiéndose explorado 1500 kilómetros de cuevas sumergidas, de los 8000 kilómetros que se estima que hay en toda la Península de Yucatán.

Así, la Riviera Maya nos regala un vasto patrimonio arqueológico y cultural en diferentes sitios, como es el caso de Tulum, que está dividida en tres zonas distintas: la zona de los hoteles, el pueblo y la zona arqueológica propiamente dicha. En la primera están las playas más hermosas del caribe, un sitio que ha logrado conservar cierta naturaleza salvaje y virgen pues la hotelería es de estilo rústico, pequeño y simple, dando una armonía especial  del ambiente.

Cabe destacar que, la arquitectura de esta zona arqueológica es muy característica ya que prescinde de los ángulos rectos, lo cual no es muy común en las estructuras del continente americano, y es un claro ejemplo de la homogeneidad carente de simetría. Podemos así apreciar habitaciones y templos “torcidamente bien alineados”, que se dirigen hacia los desplazamientos del Sol, la Luna y los planetas, que a su vez siguen una línea imaginaria que va del Este al Oeste y que se llama  Eclíptica,  pero para los mayas esa línea representa una serpiente bicéfala.

Es relevante conocer que Tulum es una ciudad amurallada con pequeñas puertas que permiten su acceso que en la antigüedad facilitaban su defensa ante los diferentes ataques de piratas e expediciones extranjeras. Las ruinas arqueológicas son el atractivo principal de esta zona, y asiduamente son visitadas por la cercanía de los polos turísticos de Cancún y Playa del Carmen. La traducción del maya es ‘muralla o palizada’, este nombre se cree fue asignado cuando la ciudad maya ya se encontraba abandonada y en ruinas, pues a principios del siglo XX aun los mayas que vivían en los alrededores visitaban los templos de la ciudad.

Muchos  turistas visitan esta extraña belleza natural y se sumergen en su  interior donde existe un enigmático recinto que ha sido estudiado, explorado, excavado y transformado al gusto de los arqueólogos. Estas ruinas se encuentran sobre el mar en un paisaje maravilloso que deja un halo de misterio, y al estar situadas frente a la gran barrera, cuenta la historia que, a los españoles les costó mucho acceder a ella, por lo  que se llevaron a cabo varias expediciones antes de poder acceder a éstas.

Los relatos cuentan que se trataba de una ciudad de oro, debido a que sus piedras negras se tornan doradas con la luz solar, sin embargo, cuando los españoles llegaron, se encontraron con construcciones de piedra oscura, pensando así que sus habitantes eran brujos y habían convertido en piedra el oro para evitar que se apoderaran de éste. Este es uno de los relatos históricos que generalmente le otorgan un aspecto misterioso a la zona, y que encuentra aliados en personas que les gusta escuchar este tipo de historias, formando parte de un atractivo especial para los turistas.

Estas ruinas arqueológicas son famosas por sus imponentes murallas ubicadas frente a las aguas multicolores del Mar Caribe, además de que en un tiempo fue un observatorio astronómico que aún se encuentra allí. También son muy admiradas sus aguas azul celeste, playas vírgenes, exuberante selva y pozos naturales llamados “cenotes”, que conforman una red subterránea de ríos, que lo convierten en un destino eco-arqueológico de especial interés para los amantes de la naturaleza y la historia.

Uno de los misterios de Tulum son sus hallazgos arqueológicos, que le otorgan una magia particular a esta zona particular, con una naturaleza exuberante donde se han descubierto numerosos hallazgos prehistóricos que hasta los momentos no han sido aprovechados suficientemente, y como lo asegura Aceves (2017) que forma parte del Instituto de la Prehistoria y es uno de los pocos especialistas capacitado para realizar fotografías y videos subacuáticos para la investigación, ha participado en exploraciones donde se han encontrado osamentas de personas y animales que vivieron en la zona hace 10.000 años, encontrándose réplicas de las mismas en el Museo de la Prehistoria que se encuentra en esta zona arqueológica.

Asimismo, este investigador asegura que poseen esqueletos humanos de los primeros pobladores de América, que van de 10000 a 14000 años de antigüedad, demostrándose que son los más antiguos encontrados en el continente americano.

Por otra parte, dentro de las construcciones más importantes de Tulum se encuentran El Castillo, el Templo del Dios descendente, el Templo de los frescos y el Templo del viento de estructura circular que permite la libre circulación, en los cuales los visitantes se conectan con una energía llena de misterio, historia y cultura, lo cual aporta a la zona un atractivo particular que debe aprovecharse para el desarrollo del turismo en la Riviera Maya y para aumentar los aportes arqueológicos a los mexicanos  y al mundo.

Sin embargo, a pesar de que se han realizado numerosas exploraciones subterráneas en cenotes y cavernas, no existen publicaciones científicas concretas que amplíen información sobre Tulum, aunado a que los cronistas castellanos no han  legado suficientes fuentes históricas, motivo por el cual   ha sido envuelta en mitos contemporáneos que distorsionan su realidad histórica.

Otro mito sobre Tulum es que fue un santuario dedicado a la Diosa Ixchel. Los mayas no tuvieron dioses sino entidades divinas y las representaban de múltiples maneras y formas, porque ellas mismas adquirían atributos o préstamos de otras entidades divinas.

De esta manera,  se han encontrado hallazgos arqueológicos de alto valor durante exploraciones realizadas en los ríos subterráneos más grandes del mundo, que  se encuentran ubicados en los alrededores de Tulum, Quintana Roo, se les conoce como Aktun Ha, Nohoch Nachich, Autlán, Sac Actun, Oxbel Ha y Dos Ojos. Esto se ha logrado gracias a algunos buzos han ingresado desde hace algunas décadas a los recintos sagrados para explorarlos y han localizado los restos óseos de animales prehistóricos y las osamentas de individuos considerados como los más antiguos del Continente Americano.

En este orden de ideas,  se dice  que gracias a estas investigaciones subterráneas realizadas en Tulum, se han podido tener pistas para comprender el cambio climático y las posibles causas del colapso de la civilización maya. Estas evidencias no han sido suficientemente divulgadas a pesar de la gran importancia para la humanidad, considerando que se trata de la preservación de la vida en el planeta.

Estas pistas al parecer se basan en los hallazgos encontrados en la estalagmita bautizada como Itzamna (Dios Maya de la creación), ya que mediante análisis de isotopos de oxígeno se registra la evolución del clima entre los años 1500 antes de cristo y el año 560 después de Cristo.

Al respecto, Obregón (2014) explica que recientemente Alejandro Álvarez, director del Proyecto Espeleológico Tulum (PET), dio a conocer uno de los hallazgos más importantes de la historia contemporánea. El autor señala que “Alejandro,  junto a su compañeros de expedición Alberto Nava y Franco Atollini ubicaron los restos óseos de animales y seres humanos de la Edad de Hielo en un orificio de 50 a 60 metros de profundidad situado en uno de los ríos subterráneos próximo a Tulum y lo nombraron El Hoyo Negro”.

Sobre este tema, debe señalarse que el descubrimiento de fauna e individuos con más de 10 mil años viene a revolucionar nuestra percepción histórica, a dar sustento a hipótesis que fueron consideradas fuera de contexto en el pasado, ya que contradicen el status arqueológico mundial y ubican al Inframundo Maya como uno de los espacios más importantes para estudiar el cambio climático que tanto inquieta a investigadores y pone en riesgo la continuidad de nuestras sociedades, lo cual representa un aporte significativo no sólo para la arqueología, sino para el sector turístico, la cultura de la zona, y sobre todo para los avances científicos llenos de historia.

Álvarez (2018) expresó al diario El Universal lo siguiente: “El Hoyo Negro es el hallazgo más grande hasta ahora registrado en la zona. Su magnitud es impresionante. La importancia del sitio es que además de humanos hay contexto de animales, plantas, actividades humanas como hogueras”

Toda esta serie  de hallazgos y la belleza natural de Tulum en la Riviera Maya, son una fuente fundamental para el desarrollo de un turismo dirigido a preservar la naturaleza, donde lo ecológico, lo social, económico, arqueológico y cultural se conjugan para ofrecer alternativas diferentes a todos aquellos turistas de todas partes del mundo que buscan destinos diferentes donde puedan disfrutar diferentes actividades que los llene desde el punto de vista recreativo, espiritual y cultural.

Entonces, el atractivo principal de Tulum está enmarcado en un paisaje exuberante lleno de historia y cultura, que lo convierte en destino obligatorio para aquellos viajeros bohemios, inquietos, ávidos de aventuras y de experiencias diferentes que los transporten al pasado en la búsqueda de respuestas ante el enigma de la vida en el planeta tierra, y de los acontecimientos que han provocado tanto la evolución como la extinción de especies y culturas.

Por tanto, Tulum representa un sitio con suficientes atractivos para los turistas que generalmente dirigen su mirada hacia la cultura maya y los hallazgos arqueológicos encontrados en las aguas multicolores de la Riviera Maya.

ALFA