El turismo se ha desarrollado a través de la historia para brindar a las personas alternativas recreativas y de disfrute, de acuerdo a las preferencias de diferentes tipos de turistas, que buscan descanso, paz, pasión, aventura, conocimientos, expresados a través de las experiencias y del desarrollo de valores físicos, intelectuales, morales y emocionales. Así, el turismo se ha convertido en un fenómeno mundial que posee muchas dimensiones en un proceso global, donde el turista exige y demanda nuevas vivencias y experiencias diferentes de manera continua y variada, por lo que las empresas turísticas deben adaptarse y buscar alternativas atractivas para satisfacer el mercado.

Por este motivo, el turismo como actividad socio-económica es un proceso dinámico que debe responder a los cambios, movimientos, preferencias y exigencias del hombre moderno, que busca el aprovechamiento máximo de su tiempo libre, que implica el uso determinado de espacios geográficos con características específicas, donde se ven involucrados los recursos naturales y culturales, implícitos en el proceso de satisfacción de las expectativas de los turistas a través de la elección realizada, del destino y el tipo de turismo que desea llevar a cabo.

Por otra parte, las empresas dedicadas a la oferta de servicios turísticos con todo lo que esto implica, desde pasajes, estadías, recorridos, hasta la orientación necesaria para que tengan un viaje placentero, debe ser asumida como un compromiso dirigido a satisfacer las exigencias del viajero, y promueva la interpretación y reflexión de las diferentes formas de vida y del vivir.

En este contexto, la satisfacción de estas expectativas en el contexto mundial de la actualidad, debe basarse en una acción planificada estratégicamente para brindar servicios que además de hacer disfrutar a las personas y complacer sus expectativas, deben bogar por la conservación de los recursos naturales, a través de un proceso de educación ambiental que promueva orientación eficaz en relación al uso y manejo de éstos, para de este modo propiciar el desarrollo de una cultura turística medio ambiental.

Este proceso no sólo debe cumplir con las exigencias de un turista que ya posee una conciencia ambiental y que está acostumbrado a este tipo de actividades, sino que se debe promover la educación ambiental en estratos que aún no han experimentado la vivencia y no han creado esa conciencia ambiental fundamental para lograr los objetivos al respecto, trazando estrategias para defender el medio ambiente y el bienestar físico y espiritual de los turistas y de las comunidades involucradas.

Se distinguen de esta manera varias etapas en los destinos turísticos, desde que se originan hasta que llegan a su inevitable declive, lo cual también sucede con los modelos turísticos, que van desde el llamado “modelo tradicional”, sustentado en un turismo de sol y playa, hasta el surgimiento en el siglo XX de otros tipos de turismo alternativo que cubren las exigencias de turistas llenos de imaginación y ávidos de nuevas experiencias.

Es así como, surgen las demandas del turista del siglo XXI que han dado lugar al nacimiento continuo de nuevas tendencias, que buscan satisfacer esas demandas a la par de establecer parámetros diferentes, adaptados a los cambios de mentalidad de los turistas, a las exigencias del mercado, nuevos patrones socio-culturales que buscan resaltar los valores sociales y naturales que permitan del disfrute de una interacción positiva entre el hombre y el medio ambiente.

En este orden de ideas, el “Turismo Alternativo”, surge como una tendencia, movimiento o modelo que representa una nueva manera de hacer turismo, que brinda la oportunidad al turista de reencontrarse con la naturaleza, de interactuar con la cultura rural, con las comunidades y su entorno, brindando la oportunidad para las regiones de participar en el proceso de interacción e intercambio.

Este modelo aparece como una contraparte del turismo masivo o tradicional, que se lleva a cabo en grandes conglomerados o resorts turísticos ofrecidos por diversas empresas de servicios que incluyen pasajes, hoteles, recorridos, entre otros atractivos para el viajero. Por el contrario, el turismo alternativo ofrece la oportunidad de interactuar con las comunidades receptoras y con la naturaleza, en un proceso empático y sinérgico con la finalidad de generar el menor impacto posible en el entorno natural y social, y que el turista disfrute, conozca, comprenda, respete y participe en el proceso cultural y la naturaleza del lugar que visita.

Son muchas las tipologías de turismo, dentro de esta modalidad, entre las que destacan: turismo gastronómico, turismo de aventura, turismo científico, ecoturismo, turismo histórico, turismo cultural, turismo religioso, turismo de descanso, turismo sustentable, turismo arqueológico, turismo rural, turismo místico o religioso, turismo de eventos (deportes, carnavales, festivales).

A través de estas diversas tipologías, se puede complacer a turistas cada vez más exigentes, que no buscan un viaje simplemente, sino una experiencia significativa de vida, donde disfrute, interrelacione, reflexione y participe activamente en un conjunto de actividades programadas de tal manera que logre aventurarse a lo desconocido, probando y percibiendo nuevas sensaciones y emociones a través de una simple conexión con la naturaleza y la cultura.

Por lo tanto, si se forma parte de ese grupo de turistas con una gama de expectativas diferentes que los lleve a un viaje dinámico y lleno de vivencias, entonces aventúrense a demandar los productos y servicios turísticos alternativos que ofrece actividades exóticas, culturales y/o místicas en un marco de respeto al medio ambiente y a las comunidades involucradas en este proceso.

De esta manera, las distintas modalidades del turismo alternativo se posicionan como una opción distinta al turismo convencional, representando nuevas opciones que van más allá de sol y las playas, para llevar a cabo actividades no convencionales que ofrecen la admiración de las bellezas naturales y de las manifestaciones culturales, generando un bajo impacto ambiental y cultural.

En esa búsqueda de modalidades diferentes de turismo para disfrutar de las vacaciones, los turistas de muchos países demandan servicios de turismo alternativo donde realicen recorridos donde además de disfrutar de los elementos de la naturaleza, logren una interacción con la cultura local. Ejemplos de estos recorridos son los siguientes:

• Realización de turismo cultural en diferentes países de Europa, para conocer por ejemplos los campos de concentración nazis en Alemania, el cementerio de trenes en Czestochowa, Polonia. Esto puede representar una experiencia mística al entrar en estos lugares llenos de historias trágicas, de misterio y drama, que mueve los sentimientos y emociones de la mayoría, produciéndose no sólo un proceso informativo sino de reflexión y concientización.
• Visitas a las comunidades Masai en Kenia, que viven alrededor de un Volcán, para conocer su estilo de vida, costumbres y cultura.
• Visitas guiadas a las Cataratas del Nilo azul en Etiopia, el más largo de África.
• Practicar ecoturismo y turismo cultural en países como Tailandia, Brasil, Perú, Costa Rica, Kenia, la India, entre otros.
• Visitar las reservas naturales más interesantes del mundo en la Amazonia y África.
• Conocer a la gente Sami en Noruega, de la cual se dice que es la población más antigua del mundo y sus habitantes no conocen lo que es una guerra porque jamás han estado implicados en ninguna.
• Visitar las Cuevas de la Candelaria, Patrimonio Cultural de la Nación en Guatemala.
• Conocer a los Chajul un pueblo indígena de los Mayas en Guatemala.

En líneas generales, el turismo alternativo en todas sus modalidades o tipologías la unión de varios elementos como: la naturaleza, lo cultural, la aventura, lo místico, etnológico, sustentable, ecológico, poniendo en contacto al viajero con distintos escenarios naturales y culturas alrededor del mundo, mostrando las costumbres, estilos de vida, diversas formas de entender el mundo, a través de la participación activa del turista en la vida cotidiana de la comunidad, dándoles la oportunidad de degustar la comida local, caminar por sus rutas de caza, convivir con los poblados, entre otras actividades.

Además, es fundamental en este tipo de turismo, la realización de actividades de observación de flora y fauna, a través de una conexión profunda con los paisajes, que permiten que se lleve a cabo un proceso de relajación, paz y encuentro consigo mismo.

Todo este movimiento ha venido teniendo un auge significativo, que ha sido propiciado y reforzado con la realización de Conferencias Mundiales de Turismo Sostenible, como la realizada en Abril de 1995, en Lanzarote, España, en la cual se establecieron las medidas necesarias para sensibilizar e informar todo lo relacionado con la actividad turística a nivel internacional, resaltando la importancia de la compatibilidad entre las actividades turísticas y la conservación del ambiente y la cultura de las comunidades involucradas. Estos principios fueron establecidos en la declaratoria de la «Carta del Turismo Sostenible» .

Según estos planteamientos, en el proceso de interacción llevado a cabo durante las actividades turísticas, el visitante es mucho más activo y participativo, centrándose en las vivencias y experiencias significativas que el medio rural le ofrece, a través de un vínculo más estrecho y efectivo con la naturaleza, que le permite que esté más informado y consciente de sus acciones y actitudes durante su estadía.

De esta manera, el turismo alternativo dentro del contexto de lo ecológico, sustentable y cultural, tiene como objetivo promover un desarrollo turístico que promueva la sustentabilidad natural y la rentabilidad de la inversión pública, privada y social, con el objeto de satisfacer las necesidades actuales de las regiones receptoras, de las empresas turísticas, de los prestadores de servicios turísticos y de los turistas, con el objetivo de garantizar las oportunidades de desarrollo en el futuro, proporcionando experiencias significativas de alta calidad a los turistas.

ALFA