Si decide viajar a Europa, no deje de visitar Polonia, una bella experiencia, donde conocerá lugares, que no conseguirá en otros sitios; su capital es Varsovia, y su antigua capital fue Cracovia una de las ciudades más bellas del país y de Europa que se consigue en el sur; Wilhelm Feldman, autor y crítico, escribió a comienzos de este siglo «Para encontrar el alma de Polonia, debes buscar en Cracovia», esa alma está esculpida en casi todas las piedras de su vieja capital y su ambiente se siente en todos los lugares que vaya a visitar.
Cracovia es una colosal obra de arte y arquitectura, su Casco Antiguo ha sido declarado por la Unesco, como Lugar protegido de la Historia Universal, pero a la vez es una ciudad moderna, la tercera más grande en Polonia, está situada sobre un lugar rocoso donde puede ver el río Vístula.
Hace cuarenta millones de años, gigantescas cantidades de resina de miles de coníferas y pinos hoy extintos, quedaron prisioneras de sedimentos arenosos de los lechos de ciertos ríos y del mar que los endurecieron y fosilizaron; el resultado es tan hermoso como fascinante, así se produjo el ámbar en la región.
En las costas del mar Báltico está el 80% del ámbar del que se tiene conocimiento en todo el mundo, una gran cantidad proviene de bosques tropicales que hoy no podemos ni imaginar pero que confieren a la ciudad de Gdansk, el apelativo de “capital del ámbar”, hay un Museo en un espacio que mucho tiempo atrás se usó para torturar y castigar personas; genera escalofríos imaginarse esas salas estrechas y frías pobladas por presos sometidos al más alto grado de indignidad posible, colgados de las muñecas, apenas vestidos y en esos climas gélidos.
Dicen que el ámbar es la sustancia más antigua usada por el hombre para hacer joyas y que se han encontrado restos del octavo milenio antes de Jesucristo talladas en este material; en Grecia le llamaban elektron porque al frotarlo generaba electricidad, antiguamente se tallaban falos con ámbar porque traía buena vibración para el sexo y magos y brujas de toda época han preparado pócimas para sus ritos.
También se maravillará al conocer una de las minas de sal activas más antiguas del mundo, en la ciudad polaca de Wieliczka que pertenece al área metropolitana de Cracovia, han sido explotadas sin interrupción desde el siglo XIII y siguen produciendo sal de mesa, con una profundidad de 327 metros y su longitud supera los trescientos kilómetros, reciben el nombre de «la catedral subterránea de la sal de Polonia».
Las minas incluyen un recorrido turístico de 3,5 kilómetros con estatuas de personajes míticos e históricos, esculpidas en la roca de sal por los mineros, los cristales de los candelabros están hechos de sal, hay cámaras y capillas excavadas en la sal, un lago subterráneo y exposiciones que ilustran la historia de esa minería; en 1978 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
ALFA